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Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

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«Ydominen en los peces del mar...». Es un dominio<br />

sobre todas las clases de animales. Este dominio<br />

es consecuencia de la semejanza con Dios. Se usan<br />

dos verbos casi sinónimos para significar el dominio:<br />

radah, en sentido propio, «pisar» (por ej.: las uvas en<br />

el lagar, Jl 4,13); en sentido figurado, sojuzgar o<br />

tener sojuzgados (a los enemigos: Nm 24,19; Lv<br />

26,17); el dominio de un rey sobre los reyes enemigos<br />

(1 Re 5,4; Sal <strong>10</strong>,2; 72,8; Is 14,6, dominio despótico);<br />

la tiranía del rey sobre sus subditos (Ez 34,4).<br />

Kabash, literalmente «hollar con los pies», se dice del<br />

dominio sobre los esclavos (Jr 34,11.16; 2 Cr 28,<strong>10</strong>),<br />

y en pasiva de una tierra sometida (Nm 32,22.29; Jos<br />

18,1; 1 Cr 22,18). Lo dice con otras palabras Sal 8,7:<br />

«Lo hiciste Señor sobre las obras de tus manos, todo<br />

lo pusiste bajo sus pies». El hombre es el rey de la<br />

creación. Es de advertir que, mientras en Oriente el<br />

hombre es creado para soportar el yugo de los dioses<br />

y servirles en sus necesidades cotidianas, en Gn<br />

1 es creado para reinar sobre la creación. Pero el<br />

autor no entiende que el reinado ha de ser despótico:<br />

es este mismo autor el que en 1,29 entrega al<br />

hombre para su alimento solamente los vegetales.<br />

Sólo después del diluvio, no como consecuencia de<br />

la imagen de Dios, sino como concesión a una humanidad<br />

pecadora, le concede como alimento todo lo<br />

que se mueve y tiene vida: desde entonces el hombre<br />

infunde pánico en los animales (9,2-3).<br />

Nos podemos preguntar por qué restringe el<br />

dominio a los animales, y no dice: «Domine sobre<br />

toda la creación». La respuesta es: a) El dominio<br />

sobre la tierra se afirma expresamente en el v. 28:<br />

«Llenad la tierra y sometedla (kabash)». b) El dominio<br />

sobre los vegetales es todavía mucho mayor: le<br />

sirven de alimento (v. 29). c) El hombre entabla múltiples<br />

relaciones con los animales, como pastor,<br />

como jinete o cochero, como ganadero, como cazador:<br />

son diversos modos de dominio sobre los animales.<br />

Dios ejerce su dominio sobre los animales a<br />

través del hombre.<br />

«Ycreó Dios al hombre a su imagen.<br />

A imagen de Dios creó a ellos.<br />

Macho y hembra los creó.»<br />

Son tres versos, con cuatro acentos cada uno. En<br />

ellos se utiliza tres veces el verbo bara', que por lo<br />

demás es usado con tanta parsimonia. Bien lo merece<br />

la creación de la maravilla de las maravillas de la<br />

obra de Dios.<br />

«Macho y hembra los creó» n . Los dos sexos provienen<br />

igualmente de Dios y tienen la misma dignidad<br />

de imágenes de Dios. Dios ha querido que los<br />

sexos se complementen y que, por la colaboración de<br />

ambos, puedan transmitir a sus hijos la imagen de<br />

Dios y el destino que recibieron (5,3). En las narraciones<br />

antiguas, y en Gn 2, se narran por separado<br />

la creación del varón y de la mujer; aquí un mismo<br />

acto creador crea al hombre en sus dos sexos. Si faltara<br />

cualquiera de ellos no habría sido creada aún la<br />

humanidad.<br />

«Ylos bendijo». Se repiten las expresiones de la<br />

bendición de los animales, v. 22, porque la fecundidad<br />

es común al hombre con los animales. Pero con<br />

una diferencia. Allí se dice: «Los bendijo Dios<br />

diciendo»; aquí: «Los bendijo Dios y les dijo»: habiendo<br />

creado al hombre a su imagen, puede dirigirse a<br />

él con su palabra. La fecundidad le viene al hombre,<br />

no de la semejanza de Dios, sino de la bendición divina.<br />

En todo el ambiente cultural de Israel la fecundidad<br />

era una fuerza divinizada, expresada con gran<br />

colorido y vigor en los mitos y en los ritos, por los<br />

que creían entrar a participar de ese poder divino.<br />

<strong>Para</strong> Israel la fecundidad viene de una palabra divina<br />

de especial bendición. Sólo Yahvé es señor de la<br />

vida. El narrador P mostrará el efecto de esta bendición<br />

en las genealogías del cap. 5: gracias a la fecundidad<br />

se transmite de generación en generación la<br />

imagen divina y su bendición.<br />

29-30. El alimento de hombres y animales. Es<br />

el único rasgo paradisíaco de todo el capítulo. La<br />

creación es todavía tal como Dios la quiso. Dios ama<br />

la vida, no quiere la muerte. De él no ha salido la<br />

orden de matar para comer. El hombre y los animales<br />

todos se alimentan de vegetales. El hombre, amigo<br />

de Dios, lo es también de todos los animales; y los<br />

animales son amigos del hombre y entre sí. Pero en<br />

22 «Macho y hembra» (zakar wneqebah) es expresión característica<br />

de P, tanto referida a los hombres (Lv 12,2-7, 15,33, 27,2-<br />

7, Nm 5,3) como a los animales (Gn 6,19, 7,16, Lv 3,1 6, etc.).<br />

También en Gn 7,3 9, Dt 4,16 pueden ser glosas de P<br />

PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> CÍNESIS 25

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