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Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

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accede inmediatamente: era un precio excesivo, sólo<br />

explicable por el amor desmedido de Jacob a Raquel;<br />

además, un primo era en aquella sociedad preferible<br />

a cualquier otro, porque así todo quedaba en la familia.<br />

Pero aquí es donde este narrador introduce la<br />

noticia perturbadora: Labán tenía dos hijas: la<br />

mayor, Lía, que tenía algún defecto en los ojos que<br />

afeaba su rostro; la pequeña, Raquel, una bella<br />

mujer, de la que Jacob estaba enamorado. Por lo visto,<br />

la astucia combinada con la falta de escrúpulos<br />

era patrimonio de la familia, ya que Labán se comporta<br />

aquí igual que lo habían hecho Rebeca y el<br />

mismo Jacob con Isaac. Cuando Jacob cumplió los<br />

siete largos años para ganarse la mano de Raquel,<br />

pidió a Labán que se la diese en matrimonio. Labán<br />

accedió, y se celebró un gran banquete de bodas, que<br />

solía durar siete días (Jue 14,<strong>10</strong>-12; Tob 11,20). Pero<br />

luego, valiéndose de la oscuridad de la noche, y quizás<br />

del velo que cubría el rostro de las novias, en<br />

lugar de meterle en la alcoba a la querida Raquel, le<br />

metió a Lía. Consumado el matrimonio aquella<br />

noche, la cosa no tenía vuelta de hoja.<br />

«Cuando amaneció, ¡aquella era Lía!». Jacob se<br />

queja amargamente, y Labán se justifica: «No se<br />

acostumbra en nuestra tierra dar la menor antes que<br />

la mayor». La excusa no vale, porque se lo tenía que<br />

haber advertido desde el principio; pero Jacob no<br />

puede hacer nada. Si quiere tener a Raquel tiene que<br />

aceptar la injusta exigencia de Labán: servirle otros<br />

siete aflos. Pasados los siete días de fiesta por la boda<br />

con Lía, Labán le entregará también a Raquel. Es<br />

posible que Jacob se acordara de que él también<br />

había suplantado a su hermano, como Lía a Raquel.<br />

En época posterior el matrimonio simultáneo de<br />

un hombre con dos hermanas estaba severamente<br />

prohibido (Lv 18,18). Pero la tradición conserva el<br />

recuerdo de tiempos en que no existía esa ley.<br />

Una mano posterior, que puede ser la del redactor<br />

P, quiere preparar la narración del cap. 30. Allí<br />

Raquel, viendo que no tenía hijos, le entrega a Jacob<br />

una esclava suya, Bilhá, para tener de ella hijos. Lo<br />

mismo hace Lía con su esclava Zilpá cuando ella<br />

deja de tenerlos. Ahora el redactor de los w. 24 y 29<br />

dice que Labán les dio a Lía y Raquel, quizás como<br />

regalo de boda, dos esclavas, Zilpá y Bilhá respectivamente.<br />

Sentido. 1) El pasaje es, desde el punto de vista<br />

de la historia de salvación, el paso previo para el<br />

nacimiento de los hijos de Jacob. Jacob en Mesopotamia<br />

contrae matrimonio con Lía y Raquel.<br />

2) Labán había establecido un orden de preferencia:<br />

primero Lía, después Raquel. Pero el amor<br />

no respeta esas convenciones sociales: Jacob amaba<br />

a Raquel y no a Lía. Si la innoble conducta de Labán<br />

sembró entre él y Jacob la discordia y la desconfianza<br />

que iban a presidir sus relaciones en adelante,<br />

el amor no disimulado a Raquel iba a ser semilla<br />

de discordia entre los hijos de Jacob: ahí estaba la<br />

raíz de aquella preferencia descarada por José que<br />

Jacob iba a mostrar y que originó el odio de sus hermanos<br />

hacia él, según una de las versiones de la historia<br />

de José en el cap. 37.<br />

3) Jacob paga las consecuencias de la mala<br />

acción que había cometido con su padre y su hermano,<br />

plegándose a los deseos de su madre. Jacob se<br />

encuentra en casa de Labán en situación precaria: en<br />

tierra extranjera, pobre, inexperto y enamorado. Por<br />

todo ello está en manos del taimado Labán. Los años<br />

de estancia en casa de su suegro le enseñarán la<br />

paciencia en el sufrimiento, a la espera de poder desplegar<br />

su propia astucia. Con ella llegará por fin a<br />

vencer al mismo Labán. En Jacob está retratado el<br />

pueblo de Israel, que con paciencia y picardía saldrá<br />

triunfante al final.<br />

PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 183

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