Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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Pero las madres, sí hacen distinción. Aquellos<br />
dos hijos de Abraham crecen como iguales. De<br />
seguir así, también serán iguales en la herencia. Sara<br />
podía haber aclarado ese extremo sin necesidad de<br />
expulsar a Agar y a Ismael. Pero prefiere cortar por<br />
lo sano: «Despide a esa criada y a su hijo, pues no va<br />
a heredar el hijo de esa criada con mi hijo, con Isaac».<br />
No importa que los dos sean hijos de Abraham. Son<br />
«el hijo de ella» y «mi hijo». Y ella es «esa criada». La<br />
loba defiende a su cría 2 .<br />
11. A Abraham le pareció muy mal «por razón de<br />
su hijo»: el hijo de su sierva era también «su hijo».<br />
Aquella resistencia de Abraham, que no se rinde a un<br />
simple deseo de Sara, salva la honestidad de Abraham,<br />
pero le crea un problema de difícil solución:<br />
elegir entre su mujer Sara y su hijo Ismael.<br />
12-13. Dios resuelve el problema, hablando a<br />
Abraham. No describe el modo como Dios se manifestó<br />
a Abraham. Del v. 14 se deduce que fue por la<br />
noche; se puede sospechar que en sueños, pero no lo<br />
dice. El oráculo tiene dos partes:<br />
- Un mandato a Abraham: «No te disgustes ni por<br />
el chico ni por tu criada» (Con esa añadidura queda<br />
mejor Abraham: lo sentía también por la madre).<br />
«Hazle caso» a tu mujer.<br />
- Una promesa en que se funda el mandato:<br />
«Pues por Isaac se nombrará tu descendencia». La<br />
exigencia de Sara se interpreta benévolamente: el<br />
único heredero de la promesa tenía que ser Isaac 3 .<br />
Pero «también del hijo de la criada haré una (gran)<br />
nación, porque es descendiente tuyo». Dios se va a<br />
ocupar del «hijo de la criada». La idea es esencialmente<br />
la misma que la de Gn 17,19-21 (P).<br />
2 En todos los tiempos se ha querido cohonestar la reacción<br />
de Sara. La exegesis judía lo intenta de varias formas, de una de<br />
las cuales se hace eco Gal 4,29: «Así como entonces el nacido<br />
según la naturaleza perseguía al nacido según el espíritu». Otra<br />
interpretación maligna dice que Ismael practicaba con Isaac juegos<br />
lascivos; otra, que Ismael «se burlaba» de Isaac.<br />
'Es difícil de entender la frase hebrea. Puede significar: «Por<br />
Isaac sucederá que se hable de una descendencia de Abraham»,<br />
«En Isaac tendrá el pueblo de Israel su punto de partida». El sentido<br />
general parece claro: La única «simiente de Abraham» (Is<br />
41,8) en el sentido de las promesas es la de Isaac.<br />
130 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong><br />
En el mismo mandato estaba ya implícita la promesa.<br />
Dios no le puede pedir que expulse al hijo y a<br />
la madre y que ni siquiera se aflija por ello si es que<br />
el mismo Dios no se va a encargar de proteger a<br />
aquellos desvalidos. La promesa y el mandato son<br />
inseparables.<br />
Notemos las diferencias entre Gn 16 J, Gn 21 E<br />
y Gn 17 P:<br />
- En Gn 16 se hace una promesa a Agar respecto<br />
al nacimiento y destino de Ismael, sin comparar<br />
este destino con el de Isaac, a quien no se menciona.<br />
Y no por consideración a Abraham, sino por la situación<br />
de miseria en que se encuentran la madre y el<br />
niño en sus entrañas.<br />
- En Gn 21 se deja primero bien sentado que la<br />
descendencia de Abraham será a través de Isaac;<br />
sólo luego se promete también larga descendencia a<br />
Ismael. Pero es por razón de Abraham, porque<br />
Ismael también es hijo suyo.<br />
- En Gn 17 se marca la diferencia entre los dos<br />
hijos con términos más técnicos que en E: la alianza<br />
se hace para siempre con Isaac y su descendencia;<br />
también de Ismael nacerá un gran pueblo, pero<br />
con él no se hará la alianza. Y esas promesas a<br />
Ismael son porque Dios «ha escuchado» a Abraham<br />
(cf. v. 18).<br />
14. «Madrugó Abraham». Abraham se porta lo<br />
mejor que puede con Agar y su hijo: no los manda<br />
sin más ni los deja al arbitrio de Sara. De todos<br />
modos, es poco lo que puede cargar sobre los hombros<br />
de Agar, que tenía que llevar también al niño.<br />
Un autor moderno interpreta piadosamente lo de<br />
que «la despidió»: en Israel -dice- y en la prehistoria<br />
de Israel no se concebía una despedida sin una palabra<br />
de bendición: en ella Abraham encomendaba la<br />
madre y el niño a Aquel que había unido el mandato<br />
de despachar a Agar con la promesa insinuada:<br />
«No lo sientas por el niño ni por su criada».<br />
«El desierto de Berseba» es la parte sur del<br />
Négueb.<br />
15-16. Las previsiones se cumplen pronto: se<br />
acaba el agua del odre. Y el primero que no resiste<br />
la situación es el niño. Agar lo deja moribundo deba-