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Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

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é»: en el primer caso se refiere a la persona de Jacob<br />

y a su pequeña familia; en el segundo, al pueblo que<br />

se formará con su descendencia, cuando Jacob haya<br />

muerto. No cabe mayor identificación del patriarca<br />

con el pueblo de Israel (ver 50,24).<br />

Con esa compañía no debe tener ningún miedo<br />

ni Jacob en la bajada ni Israel en la subida. No parece<br />

referirse al traslado de su cadáver (Gn 50,7-13).<br />

5) No tiene nada que ver con las demás promesas<br />

a los patriarcas la última que le hace Dios a<br />

Jacob: «Y José pondrá su mano sobre tus ojos», te los<br />

cerrará cuando mueras. Contrasta este detalle tan<br />

personal y cercano con la larga proyección histórica<br />

de las promesas anteriores. El autor, que conoce el<br />

desenlace de la historia de Jacob (46,30; 49,33) y<br />

sabe por ella el afecto especial de Jacob por José,<br />

completa la promesa anunciándole a Jacob el cumplimiento<br />

de su último deseo: que aquel hijo querido<br />

esté junto a él en su lecho de muerte y tenga con<br />

él un último gesto de piedad y cariño. El único texto<br />

que se puede citar como hasta cierto punto paralelo<br />

es el también tardío de 15,13-16, donde al anuncio<br />

de la estancia en Egipto y del éxodo se junta la<br />

promesa a Abraham de una muerte en paz.<br />

5a. La descripción del itinerario de Jacob se<br />

había interrumpido en Berseba (v. 1). Ahora se reanuda<br />

con la partida de Berseba. Esperaríamos a continuación<br />

la llegada a Egipto, pero ésta no se cuenta<br />

hasta el v. 28.<br />

5b. Si los w. la y 5a recogen una tradición de la<br />

partida de Jacob hacia Egipto, 5b empalma con la<br />

versión que hablaba de las carretas enviadas por el<br />

Faraón para transportar a Jacob y a su familia<br />

(45,19.21.27*). Una vez decidido Jacob a subir a<br />

Egipto (45,28), sus hijos no tienen que hacer más<br />

que montar a su padre, a sus niños y mujeres en las<br />

carretas. Supuesto que en Egipto no les iba a faltar<br />

de nada, no se preocupan de llevar nada consigo:<br />

sólo las personas de la familia. Nunca un patriarca<br />

de Israel había sido transportado en carruaje. Lo<br />

suyo era caminar al modo de los pastores seminómadas:<br />

en burro.<br />

6. En la mentalidad del narrador P no cabía que<br />

Abraham marchara de su patria con lo puesto y se<br />

280 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong><br />

enriqueciera luego en Egipto (12,16 J); había adquirido<br />

gran hacienda en Jarán y con ella llegó a<br />

Canaán. Igualmente, este autor de la misma escuela<br />

no permite que Israel y sus hijos dejen en Canaán<br />

toda la hacienda lograda a lo largo de tantos años:<br />

se la llevan consigo a Egipto. Es propio de P el despreocuparse<br />

de todo detalle narrativo: «fueron a<br />

Egipto». Suyo es también el lenguaje: «y la hacienda<br />

lograda en el país de Canaán» (12,5; 31,18; 36,6);<br />

«toda su descendencia con él» (17,2.9-<strong>10</strong>; 35,12).<br />

7. Al v. 6 seguía, al parecer, en un momento anterior,<br />

la lista de w. 8-25, que desarrollaba el contenido<br />

de «toda su descendencia con él». Como en ella se<br />

mencionaban los hijos y nietos de Jacob, pero no sus<br />

hijas y nietas (sólo una hija y una nieta), se subsana<br />

la omisión con el v. 7: a su descendencia pertenecían<br />

igualmente sus hijas y nietas. La diversa estimación<br />

de las mujeres muestra un diverso momento en el<br />

desarrollo cultural.<br />

8-27. Parece ser que quien insertó aquí la lista de<br />

los descendientes de Jacob que bajaron a Egipto se<br />

basó en datos tradicionales, pero se vio forzado a<br />

encerrarlos dentro de un número proverbial de<br />

setenta, número que pudo comenzar siendo un simple<br />

número redondo, para significar una familia<br />

numerosa (Jue 8,30; 12,14) o un grupo bien nutrido<br />

(Éx 24,9; Nm 11,16). Según Dt <strong>10</strong>,22 y Éx 1,1-5 (P),<br />

los descendientes de Jacob que bajaron a Egipto<br />

eran setenta. Ya hemos visto las componendas que<br />

tiene que hacer el autor para que le salga bien la<br />

cuenta.<br />

Evidentemente, era una lista de los descendientes<br />

varones de Jacob hasta la segunda (o tercera)<br />

generación, que se ha insertado aquí como lista<br />

de los que bajaron con él a Egipto, con las consiguientes<br />

anomalías. Si se compara esta lista con la<br />

de clanes israelitas en Nm 26,5-50, se observa que<br />

coinciden en buena parte, pero también difieren en<br />

puntos importantes. Son idénticas las listas de los<br />

hijos de Rubén, Judá (incluyendo a los dos hijos de<br />

Peres), Isacar, Zabulón, José y Neftalí. En la de<br />

Simeón se añade un nombre que falta en Números:<br />

Ohad. En la de Gad, el que en Números se llama<br />

Ozní, aquí Eshbón. El nombre del único hijo de Dan<br />

varía de Shujam en Nm 26 a Yushim aquí. Aser figu-

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