Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

En cuanto a los sacerdotes, parece ser que en la siempre el ideal, lo que estaba en el papel, y lo que
mayoría de los períodos tenían que pagar impuestos, se pensaba en el extranjero, pero que muchas veces
pero en otros no. Como tanto Heródoto como Dio- no se plasmaba en la realidad por la codicia de los
doro coinciden con Gn 47 en que los latifundios de faraones. Gn 37 no habla expresamente de exención
los templos no estaban sujetos a ese derecho de pro- de tributos, sino de que sus tierras no pasaron a propiedad
del rey 2 , se puede pensar que ése era desde piedad del Faraón; pero en el contexto da igual.
Disposiciones de Jacob
antes de morir (Gn 47,29-48,22)
Cuando los días de Israel se acercaron a la muerte, llamó a su hijo José y le
dijo: «Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano dehajo de mi muslo y otra conmigo
con henevolencia y lealtad: Por lavor, no me sepultes en Egipto. Cuando yo
me acueste con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de
ellos». Respondió: «Yo haré según tu palabra». Dijo: «Júramelo». Y José se lo juró.
E Israel se inclinó sohre la cabecera de su lecho.
Á Q Sucedió después de esto que se le dijo a José: «Mira que tu padre está enrer-
_U \*J mo». El tomó consigo a sus dos hijos, a Manases y a Erraím. Y se le anunció
a Jacob: «Tu hijo José ha venido donde ti». E Israel hizo un esfuerzo y se sentó
en su lecho.
Dijo Jacoh a José: «El Saday se me apareció en Luz, en el país de Canaán, y me
bendijo y me dijo: "Mira, yo te haré rructiricar y te multiplicaré; haré de ti un grupo
de pueblos, y daré esta tierra a tu descendencia después de ti en propiedad eterna".
Ahora bien, los dos hijos tuyos que te nacieron en el país de Egipto antes de
venir yo donde ti a Egipto, míos son: Erraím y Manases, igual que Rubén y Simeón,
son míos. En cuanto a la prole que has engendrado después de ellos, será tuya y con
el nombre de sus hermanos serán nombrados en sus heredades.
Cuando yo venía de Padd án se murió delante de mí Raquel, tu madre, en el país
de Canaán, durante el viaje, algo antes de llegar a Errat, y allí la sepulté, en el camino
de Eírat, o sea rielen».
Y vio Israel a los hijos de José y preguntó: «¿Quiénes son éstos?». Y dijo José
a su padre: «Son mis hijos, ios que me ha dado Dios aquí». Y él dijo: «Tráemelos acá,
que los bendiga». Los ojos de Israel se habían nublado por la vejez: no podía ver.
Se los acercó, y él los hesó y los abrazó.
2 Diodoro I, 73; Heródoto, II, 168.
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