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Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

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1-2. «Y el hombre conoció a Eva, su mujer».<br />

«Conoció» es el verbo corriente en hebreo para signifícar<br />

la relación sexual entre el hombre y la mujer:<br />

quiere subrayar que es una relación entre persona y<br />

persona, un acto de máxima intimidad.<br />

«Caín» es un nombre propio, que en Nm 24,21-<br />

22 y Jue 4,11 designa a la tribu quenita personificada.<br />

Su nombre puede significar también «forjador<br />

de metales» o «herrero».<br />

La explicación que da Eva del nombre que pone<br />

a su hijo admite varios sentidos, ya que el verbo<br />

qanah puede significar tanto «crear» como «comprar»,<br />

y la partícula 'et, que se antepone a «Yahvé»,<br />

puede denotar el complemento directo o equivaler a<br />

la preposición «con». De donde puede resultar: «He<br />

creado un varón con Yahvé», o «He comprado un<br />

varón a Yahvé». No es fácil la decisión. «Comprar un<br />

varón a Yahvé» es una expresión única en este caso,<br />

y un concepto extraño. Si ésa es la traducción, subraya<br />

los padecimientos de la madre en la gestación<br />

y el parto: la madre consigue de Dios un hijo, pero<br />

tiene que pagarlo a buen precio. Qanah puede significar<br />

también «crear»: lo significa en ugarítico, y en<br />

un lugar del Antiguo Testamento, donde parece una<br />

reliquia de un lenguaje preisraelita, Gn 14,19.22. Pero<br />

también es extraño que se diga que una mujer ha<br />

creado algo, aunque sea con el concurso de Yahvé. Si<br />

éste es el sentido, Eva se siente colaboradora de Yahvé,<br />

porque de otra manera no entiende la maravilla<br />

que se ha obrado en su seno. Aunque los israelitas no<br />

desconocían la necesidad de la colaboración del<br />

varón, era corriente atribuir los hijos a Yahvé 2 .<br />

El lector puede elegir la interpretación que más<br />

le guste. En todo caso, es una magnífica confesión de<br />

fe en boca de Eva, y una advertencia contra las mujeres<br />

israelitas tentadas de poner su fecundidad bajo<br />

los auspicios de Astarté. Eva repetirá su alegre confesión<br />

de fe cuando le nazca Set (4,25). El narrador,<br />

sin decirlo, nos recuerda que Yahvé sigue cuidando<br />

de la pareja humana pecadora, haciendo bueno el<br />

nombre que Adán había puesto a Eva, como madre<br />

de todos los vivientes.<br />

23.<br />

2 Ver Gn 29,31-30,24; Job <strong>10</strong>,<strong>10</strong>-11; Sal 139,13-14; 2 Mac 7,22-<br />

« Un varón»: para una mujer hebrea era una especial<br />

alegría dar a luz un hijo varón (1 Sm 1,11; Jr<br />

20,15; Job 3,3). Pero es un caso único en el Antiguo<br />

Testamento el que se diga que una mujer da a luz un<br />

'ish, un hombre varón hecho y derecho: la madre ve<br />

en el niño el hombre futuro. Una idea semejante se<br />

encuentra en Jn 16,21: «...cuando ha dado a luz al<br />

niño, no se acuerda de la aflicción por la alegría de<br />

que le ha nacido un hombre (un ánthropos) al mundo».<br />

Lo de que sea la madre, y no el padre, la que<br />

pone el nombre al hijo, es normal en este narrador.<br />

¿Por qué no se explica también el nombre de<br />

Abel? Con lo fácil que era, ya que la raíz hebel significa<br />

cualquier cosa que se desvanece, como se desvaneció<br />

la vida de Abel. Si no lo hace es porque Abel,<br />

al no haber tenido descendencia, carece de importancia:<br />

sólo sirve para poder contar que Caín le tuvo<br />

envidia y lo mató.<br />

3-5a. «Al cabo de algún tiempo»: no pasó nada<br />

hasta que se les ocurrió a los dos hermanos hacer<br />

ofrendas a Yahvé. En este texto antiguo se da un mismo<br />

nombre de minjah a las dos ofrendas, aunque<br />

una era de vegetales y la otra de animales; más tarde<br />

se reservará minjah para la ofrenda vegetal.<br />

¿Por qué Yahvé aceptó una y rechazó otra? Se ha<br />

discutido mucho y se sigue discutiendo sobre ello. Si<br />

estuviéramos en un texto babilónico, podríamos<br />

decir que porque la vida del pastor es más grata a los<br />

dioses que la del labrador: es menos ruda y más apacible,<br />

y las ofrendas de carne son más sabrosas que<br />

las de vegetales. En Yahvé no cabe esa arbitrariedad.<br />

Además, los israelitas eran, en la época en que esto<br />

se escribe, predominantemente labradores. <strong>Para</strong> el<br />

Yahvista, la vida más normal del hombre es la de<br />

labrador: ha sido creado para labrar la tierra y echado<br />

del jardín para lo mismo (2,5.15; 3,23).<br />

También se ha dicho que Yahvé no tenía ninguna<br />

razón para aceptar una ofrenda y rechazar la<br />

otra, ni tenía por qué tenerla. «Dios tiene misericordia<br />

de quien tiene misericordia» (Ex 33,19; Mal<br />

1,2-3; Rm 9,13): no tiene que rendir cuentas a nadie.<br />

O que Dios elige lo más débil (Dt 7,7; 1 Sm 2,8 = Sal<br />

113,7-9; 1 Cor 1,26-29;), en este caso al hermano<br />

PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 43

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