Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

amificaciones: del único tronco de Noé nacen tres
grandes ramas, que se van subdividiendo en otras
secundarias hasta crear el único gran árbol de toda
la humanidad. En cambio, la genealogía del cap. 11
elige en cada nueva generación un único brote y
poda todos los demás, para que la atención no se
desparrame en ramas secundarias insignificantes
La torre de Batel (Gn 11,1-9)
para la futura historia y se concentre sólo en aquel
brote del que, al cabo de muchas generaciones, nacerá
Abraham. El contraste entre ambos capítulos sirve
para resaltar la importancia de la elección de
Abraham: un hombre solo en tan vasto y variado
mundo. Pero de aquel solo hombre vendrá la bendición
para todas las naciones.
U Todo el mundo tenía un mismo lenguaje y unas mismas palabras. Y sucedió
que, cuando se desplazaron del oriente, hallaron una llanura en el país
de Senaar y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros: «Vamos, iabriquemos ladrillos y cozámoslos al mego».
Así el ladrillo les sirvió de piedra y el asralto de mortero.
Después dijeron: «Vamos, ediiiquémonos una ciudad y una torre con la cúspide
en los cielos, y hagámonos un nombre, no sea que nos desperdiguemos por toda
la taz de la tierra».
Entonces bajó Yahvé a ver la ciudad y la torre que habían edificado los hombres,
y dijo Yahvé: «He aquí que son todos ellos un solo pueblo y una sola lengua, y
éste no es más que el comienzo de su acción. En adelante nada les será imposible de
cuanto se propongan hacer. Bajemos, pues, y contundamos allí su lengua, de modo
que no entienda cada cual la lengua de su vecino».
Y desde allí los desperdigó Yahvé por toda la laz de la tierra, y dejaron de edificar
la ciudad.
Por eso se la llama Babel; porque allí embarulló Yahvé el lenguaje de tod o el
mundo, y desde allí los desperdigó Yahvé por la taz de toda la tierra.
Un tema fundamental da unidad al relato: el de
una sola lengua como situación de partida (v. 1), que
perdura cuando Yahvé baja a ver la construcción ya
empezada (6a), y que Yahvé decide desbaratar con la
confusión de lenguas (7), lo que efectivamente lleva
a efecto, de donde le viene a aquella ciudad el nombre
de Babel (9).
Pero al motivo unidad/confusión de lenguas se
añade otro: concentración de la humanidad en un
solo lugar/dispersión por toda la tierra (4b.8a.9b).
Los dos temas se reclaman el uno al otro: sin con­
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centración inicial no habría sido posible una acción
de tanta envergadura. La confusión final de lenguas
trae inevitablemente la dispersión. Nada tiene de
extraño que el Yahvista combine los dos motivos
para explicar de una vez dos fenómenos tan
estrechamente relacionados y que afectan por igual
a toda la humanidad.
Pero el motivo de la dispersión de la humanidad
es accesorio:
- En 4b los constructores se adelantan a los
acontecimientos al decir: «No sea que nos desperdi-