Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

ción. Para ello es preciso experimentar la angustia
como castigo: «¿Qué es lo que nos ha hecho Dios?»
(42,28); «Dios ha hallado la culpa de tus siervos»
(44,16). «Vuestro Dios y Dios de vuestro padre os
puso ese tesoro en las talegas» - dice el poderoso
extranjero (43,23). Esa presencia de Dios al cabo de
las vueltas que da la vida humana da sentido a toda
la historia (45,5-8; 50,20).
6) Cualquier israelita leería entre líneas que
aquella asistencia divina, y aquel proceder de Dios,
que estaba en el fondo de la historia de José, y que
ya antes se había manifestado en los ciclos de los
patriarcas y luego se manifestaría en el éxodo y la
travesía del desierto, era presagio de la asistencia
divina y la acción de Dios con Israel. La historia de
José era el tipo de la historia de Israel.
7) La historia de José, leída tras la división del
Reino, tenía que ser un llamamiento apremiante a la
reconciliación de los hermanos. Como Dios mismo,
enviando los sueños a José, había provocado el odio
de sus hermanos, así ha sido Dios el que ha traído la
división del reino (1 Re 12,24). Pero, cuando los hermanos
se hayan reunido de nuevo, Dios habrá cambiado
el mal en bien (ver 50,20). La historia de José
muestra una maduración progresiva de los sentimientos
de hermandad, tanto de parte de los hermanos
como de José. Los hermanos, otrora sin
entrañas, recuerdan en el cap. 42 las angustiosas
súplicas de su hermano pequeño, y cómo no se compadecieron
de él. La angustia que ellos mismos padecen
ahora, fundada en una injusta acusación, es justa
como castigo de su antiguo crimen. Ante aquella
conversión de sus hermanos, el mismo José va evolucionando
hacia un afecto fraternal cada vez mayor,
y se va enterneciendo de escena en escena.
El afecto a la familia y la grandeza de ánimo,
unidos a la fe en Dios, pueden conducir al generoso
perdón de las ofensas y a la recomposición de las
familias descompuestas. Los israelitas que leían
estas páginas después del cisma se sentían llamados
a la restauración de la unidad. Otra vez, un pequeño
«resto» unido podía sentar las bases del nuevo
Israel.
8) La historia de José dice también que Dios puede
querer el sufrimiento de un hombre justo e inocente
como medio para la salvación de los demás.
9) Las genealogías (P) recogen la sustancia de la
historia de Jacob y la proyectan sobre el futuro
Israel, estructurado en las doce tribus. La importancia
de José como alto cargo de la corte egipcia y
como salvador de su propia familia y de todo Egipto,
pasa así a segundo plano: su verdadera importancia
está en que, junto con sus hermanos, es uno de
los patriarcas de Israel.
Entre las diversas líneas genealógicas de los
hijos de Abraham, y de los hijos de Isaac, solamente
una fue elegida. Pero entre los descendientes de
Jacob, todos son padres del pueblo de Israel, sin
excepción, cualquiera que sea su madre y su categoría
por otros conceptos. Todos los hijos de Israel
forman por igual un solo pueblo, el pueblo elegido
de Dios.
10) Secundariamente, la historia de José encierra
un aviso contra toda presunción y borrachera de
éxito. La prosperidad es fruto de la asistencia divina.
El presuntuoso José es hundido en la esclavitud:
sólo después es ensalzado. Los hermanos soberbios
y despiadados se tienen que postrar ante José.
PARA COMPRENDER EL LIBRO DEL GÉNESIS 227