Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

atalla a los reyes en Siddim, donde se habían concentrado;
pero, puestos en fuga, perecieron en los
pozos de betún de la región. Los reyes se apoderaron
de toda la hacienda de Sodoma y Gomorra, y se
retiraron (8-11).
Llama la atención la precisión cronológica, propia
de una crónica: «doce años», «el año trece», «el
año catorce» (3-5a).
Es desconocido el «Valle de Siddim»: se supone
que estaría en el actual Mar Muerto, o «Mar de la
Sal», o en sus aledaños.
5b-7. La lista de los pueblos vencidos antes de la
batalla, con sus reyezuelos, parece añadidura posterior:
el motivo de la guerra no era otro que la rebelión
de las cinco ciudades. Geográficamente tampoco
puede ser la misma empresa guerrera.
8-11. Tras el paréntesis, se llega a la guerra de los
cuatro contra los cinco. En estilo de crónica, se repiten
las listas de los cuatro y de los cinco, y se concluye
con la suma: «cuatro contra cinco». No se describe
la batalla: sólo que los reyes de Sodoma y
Gomorra, en su huida, cayeron en los pozos de betún
o asfalto. Con ello se nos da un dato interesante
sobre la región de Siddim. Y parece un dato que
recuerda una ocasión histórica: unos lograron huir
a la montaña (¿la de Moab, como Lot en Gn 19?),
pero otros perecieron en los pozos. Tres dificultades:
- No se habla ya de cinco sino de dos reyes. Puede
ser señal de que la lista de cinco es posterior. Y de
que en el conjunto del capítulo los otros tres no tienen
importancia.
- Se dice «el rey de Sodoma y de Gomorra»: las
traducciones lo arreglan completando: «el rey de
Sodoma (y el rey) de Gomorra».
- Si perecieron los reyes de Sodoma y Gomorra,
¿cómo es que está vivo el de Sodoma en los w. 17.21-
24? Habrá que entender que pereció la gente del rey
de Sodoma.
El v. 11 no es el final esperado de esta campaña.
Si todo había comenzado porque unas ciudades que
pagaban tributo se habían rebelado, la conclusión
debería ser que los reyes habían restablecido su
derecho y asegurado el pago del tributo. Pero lo que
se dice es que saquearon Sodoma y Gomorra. Es que
el narrador tiene que ir preparando la intervención
de Abram, que de otra manera no habría tenido
razón de ser.
12. Empalma la reseña anterior con la narración
que sigue, pero lo hace con descuido: no habiéndose
hablado de prisioneros, dice que entre ellos estaba
Lot. Lot, que en la guerra de los cuatro contra los
cinco era un personaje insignificante, para nuestro
escritor es el único interesante («Hijo del hermano
de Abram», que en hebreo está fuera de sitio, puede
ser glosa).
13. Un escapado de la batalla lleva la noticia a
Abram «el hebreo». Así se dice, como si se tratara de
un señor desconocido al que se nombra por primera
vez; quizás para contraponerlo a los demás, que
no eran «hebreos» (ver Jonás 1,9). «Que habitaba
junto a la encina de Mambré el amorreo», no en la ciudad.
Mambré, «el amorreo», es aquí nombre de persona.
Éste tenía dos hermanos, Eskol y Aner. Los tres
estaban aliados con Abram. Probablemente son
personificaciones de lugares. Pero desde el v. 14 desaparecen
estos aliados: sólo actúa Abram con su gente.
Reaparecerán sólo en la última frase (v. 24):
deben tener su parte de botín. Parece como si
alguien hubiera juzgado demasiado improbable que
Abram, con sólo 318 hombres, venciera a los cuatro
grandes reyes, y por eso añadió lo de los aliados de
Abram.
14-16. Lot es «hermano» de Abram, como en
13,8. Los 318 hombres parecen pocos para atacar a
los cuatro reyes, pero demasiados para una familia
como la de Abram. «Hasta Dan» (en el extremo norte
de Palestina), y sobre todo «hasta Joba, que está al
Norte de Damasco», pueden ser exageraciones.
17. El rey de Sodoma, que no había muerto, a
pesar de lo dicho en el v. 10, sale al encuentro de
Abram victorioso. No sabemos dónde estaba el «valle
de Savé (que es el valle del Rey)» (mencionado con
este nombre en 2 Sm 18,18): según Josefo, estaba a
poca distancia de Jerusalén. De las demás cinco ciudades
con sus reyes no se dice nada. No interesan.
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