Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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ce presuponer que era muy joven. La cosa discurre<br />
por cauces bien distintos del primer encuentro. <strong>Para</strong><br />
los hermanos, que ignoraban quién era José, era<br />
regocijante; el lector está deseando que se reconozcan.<br />
En el banquete, son tratados con los honores de<br />
huéspedes en casa del poderoso egipcio. Pero los<br />
hermanos observan que los egipcios comen aparte.<br />
Y el lector se entera de que eso obedece a que los<br />
egipcios no se mezclan con los israelitas, llamados<br />
despectivamente «hebreos».<br />
Pero tanto los hermanos como el lector se van a<br />
llevar un duro chasco con lo que sigue. El capítulo<br />
termina con: «Ybebieron y se embriagaron con él» (o,<br />
si se quiere una traducción más suave: «se pusieron<br />
alegres con él»: da igual). No podían los hermanos llegar<br />
más alto. Mayor iba a ser la repentina caída.<br />
Sentido. El cap. 43 tiene sentido como una pieza<br />
entre la tensión creada en el cap. 42 y su solución<br />
en los caps. 44 y 45. El hambre creciente en Canaán<br />
obliga a Jacob a enviar a sus hijos a Egipto en bus<br />
La copa en la talega de Benjamín (Gn 44)<br />
ca de grano. Pero los hermanos no pueden volver<br />
allá sin Benjamín. El padre se resiste, Judá se compromete,<br />
el padre cede ante la necesidad, pero temeroso<br />
por la suerte de su hijo pequeño; los hermanos<br />
se presentan angustiados ante aquel «hombre» veleidoso.<br />
Pero no tienen nada que temer. Todo ha cambiado:<br />
la acogida del mayordomo, y del hombre mismo.<br />
El muchacho Benjamín le ha caído en gracia a aquel<br />
poderoso señor. Aquel hombre tan temido no tiene<br />
inconveniente en beber vino con ellos hasta no poder<br />
contener el regocijo.<br />
Pero lo que da sentido a este capítulo, y casi a<br />
toda esta historia, es la respuesta del mayordomo:<br />
«La paz con vosotros, no temáis. Vuestro Dios y Dios<br />
de vuestro padre os puso ese tesoro en las talegas».<br />
¿Por qué perder la paz y temer, si hasta un extranjero,<br />
en país extranjero, uno que practica otra religión,<br />
profesa que el Dios único, que es el Dios de<br />
Jacob-Israel, es el que mueve todos los hilos de la<br />
historia, para que no falte nunca nada a los suyos?<br />
A A Entonces él dio esta orden a su mayordomo: «Llena de víveres las tale gas<br />
JJ \T? de esos nombres, cuanto quepa en ellas, y pon la plata de cada uno en la<br />
toca de su talega. Y mi copa, la copa de plata, la pondrás en la boca de la talega del<br />
pequeño, además del dinero de su grano». Y él hizo coniorme a lo que le natía dicho<br />
José.<br />
3 Alumbró el día, y fueron despachados ellos y sus asnos. Hacían salido de la<br />
ciudad, pero no se habían alejado, cuando José dijo a su mayordomo: «Levántate y<br />
persigúelos a esos nombres. Cuando los alcances, les dirás: "¿Por qué habéis pagado<br />
mal por bien? ¿No es con lo que bebe mi señor para beber, y con lo que bace sus<br />
adivinaciones? ¡Habéis obrado mal en lo que habéis hecho!"».<br />
El los alcanzó y les habló todas estas palabras. Ellos le dijeron: «¿Por qué dice<br />
esas cosas mi señor? ¡Lejos de tus siervos el hacer tal cosa! Mira que la plata que<br />
encontramos en la boca de nuestras tale gas te la hemos devuelto desde el país de<br />
Canaán, ¿cómo íbamos a robar de casa de tu señor plata ni oro? Aquel de tus siervos<br />
a quien se le encuentre, que muera; y también los demás nos haremos esclavos<br />
del señor».<br />
PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 265