Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

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Primer viaje de los nermanos a Egipto (Gn 42)
Vio Jacob que babía grano en Egipto, y dijo Jacob a sus bijos: «¿Por qué
os estáis abí contemplándoos unos a otros? Tengo oído que bay grano en
Egipto. Bajad allá y compradnos grano de allí, para que vivamos y no muramos».
Y bajaron los diez bermanos de José a proveerse de grano en Egipto; 4 pero a
Benjamín, bermano de José, no le dejó ir Jacob con sus bermanos, pues se decía: «No
sea que se tropiece con alguna desgracia».
Fueron los bijos de Israel a comprar, en medio de la gente que iba, pues babía
bambre en el país de Canaán.
José era el que regía en todo el país, y él el que distribuía grano a todos los pueblos
de la tierra. Y llegaron los bermanos de José y se postraron rostro en tierra.
Vio José a sus bermanos y los reconoció, pero no se dio a conocer, y les babló
con dureza y les dijo: «¿De dónde venís?». Dijeron: «Del país de Canaán, para comprar
víveres».
Y José reconoció a sus bermanos, pero ellos no lo reconocieron. Y se acordó
José de aquellos sueños que había soñado respecto de ellos, y les dijo: «Vosotros sois
espías, venís a inspeccionar los puntos débiles del país».
Le dijeron: «No, señor, tus siervos ban venido a proveerse de víveres. Todos
nosotros somos bijos de un mismo padre, y somos bonrados: tus siervos no son
espías».
Les dijo: «No: a lo que venís es a inspeccionar los puntos débiles del país».
Le dijeron: «Tus siervos somos doce hermanos, bijos de un mismo padre, en el
país de Canaán; pero el pequeño está actualmente con nuestro padre, y el otro no
existe».
Les dijo José: «Es lo que os he dicho: sois espías. En esto se os probará, ¡por
vida del Faraón!: no saldréis de aquí mientras no venga acá vuestro hermano pequeño.
Enviad a uno de vosotros, que traiga a vuestro hermano, y vosotros quedáis presos.
Así se comprobarán vuestras palabras, a ver si la verdad está con vosotros. Si no,
¡por vida del Faraón!, es que sois espías». Y los encerró en prisión durante tres días.
,8 A1 tercer día les dijo José: «Haced esto y viviréis, pues yo soy temeroso de Dios.
Si sois gente de bien, uno solo de vuestros bermanos quedará detenido en la prisión.
Vosotros, id, llevad el grano para vuestras casas hambrientas. Y me traeréis a
vuestro bermano pequeño; así se veriíicarán vuestras palabras y no moriréis». (Y lo
hicieron así).
Y se decían los unos a los otros: «Es que somos culpables contra nuestro hermano,
que veíamos la angustia de su alma cuando nos pedía compasión y no le hicimos
caso. Por eso nos ha alcanzado esta angustia».
Rubén les replicó: «¿No os dije yo: "No pequéis contra el niño", y no me hicis-
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