Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

Estas noticias sobre el nacimiento de Isaac no
son todas de una mano. Los w. 3-5 son de P, al que
le interesa: 1) Que sea Abraham y no Sara el que
ponga el nombre al niño. 2) Que el niño fuera circuncidado
a los ocho días, según lo prescrito en Gn
17. 3) Cuál era la edad de Abraham cuando le nació
su hijo. El resto puede atribuirse básicamente a J.
Este autor relaciona el nacimiento con la esterilidad
de Sara, afirmada en 11,30, y con la promesa en
18,10.14. Según el estilo de este autor, después de
decir que Sara concibió y dio a luz un hijo, añadiría
que ella le puso el nombre al hijo, con una interpretación
del nombre, que ahora se encuentra en el v. 6.
En el texto actual falta la imposición del nombre por
iniciativa de la madre, porque P la ha sustituido por
la iniciativa del padre.
1. Este v. 1 es la conclusión de la narración del
cap. 18: «Yahvé visitó a Sara, como se lo había dicho».
Abundan los textos en que la «visita» de Dios es para
castigar, pero no faltan otros en que Dios visita para
salvar. El paralelo más cercano es el de 1 Sm 2,21,
donde Yahvé visita a Ana y ella concibe a Samuel'.
«En el plazo que le había predicho Dios» hace
referencia a 18,14.
3-5. Aquí son claras las referencias al cap. 17,
donde Dios le promete a Abraham que Sara le dará
Expulsión de Agar (Gn 21,8-21)
un hijo, al que Abraham pondrá el nombre de Isaac,
y donde se le prescribe circuncidar a todos los varones
al octavo día.
6-7. Es Sara la que explica el nombre de Isaac,
lo que parece suponer que ella ha sido la que le ha
puesto el nombre. Pero el redactor final ha sacrificado
ese rasgo, en aras de su propia idea de que tenía
que ser el padre el que impusiera el nombre al hijo.
La alegría de Sara es porque le ha dado a Abraham
un hijo cuando éste era ya viejo (2a.7): «en la
vejez de él». El nombre de Isaac (Yisjaq) se explica
por esa risa, de alegría en la madre, de sorpresa en
la gente por aquel hecho insólito, y quizás de un
poco de malicia:
«Reír (sejoq) me ha hecho Elohim;
cualquiera que lo oiga se reirá (yisjaq) conmigo».
La risa de Sara, recordada siempre que se pronuncia
el nombre de Isaac, subraya la intervención
de Elohim en el asunto: Él es el que ha hecho reír a
Sara, porque Él ha hecho que tengan un hijo dos viejos,
lo que es objeto de comentarios jocosos.
Hasta aquí no se respira ningún ambiente de tragedia:
alegría de Sara, y del lector, que ve abierto el
camino a las promesas. Luego vendrán las dificultades.
Creció el niño y me destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que me
destetado Isaac.
Y vio Sara al hijo de Agar la egipcia, el que le babía dado a Abraham, jugando
con su hijo Isaac, y dijo a Abraham: «Despide a esa criada y a su bijo, pues no va a
heredar el hijo de esa criada con mi bijo, con Isaac».
Le disgustó esto mucho a Abraham, por razón de su bijo; pero Dios dijo a
Abraham: «No te disgustes ni por el chico ni por tu criada. En todo lo que te ba dicho
'Ver Gn 50,25; Éx 3,16; 4,31; 13,19; Sal 8,5; 80,15; 106,4; Jr
15,15, 29,10; Ez 34,11-12; Zac 10,3b; Sof 2,7; Jdt 4,15; Le 1,68.78;
7,16; 19,44; Hch 15,14.
128 PARA COMPRENDER EL LIBRO DEL GÉNESIS