Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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IB<br />
«Tienes que venir conmigo, porque te he alquilado<br />
(sakor sakarti) por las mandragoras de mi hijo».<br />
Bastó aquella noche para que Lía concibiera un<br />
hijo. El nombre de Yishsakar estaba ya justificado<br />
por la frase que le había dicho la madre a Jacob.<br />
Debía continuar el relato simplemente: «Y lo llamó<br />
Isacar». Pero el redactor ha intercalado otra explicación:<br />
«YDijo Lía: "Dios me ha dado mi paga (sekari),<br />
porque di mi criada a mi marido"». Ha sido como<br />
un intercambio: ella dio su criada a su marido, y ha<br />
recibido de Dios como paga un hijo. «Dios escuchó<br />
a Lía»: es una interpretación teológica de un hecho<br />
que primitivamente podía ser contado de tejas abajo.<br />
Aunque no se diga anteriormente, se supone que<br />
Lía se lo había suplicado muchas veces a Dios, y Dios<br />
una vez más escuchó al afligido.<br />
19-20. Lía tuvo todavía otro hijo, Zabulón. De<br />
este nombre se dan dos etimologías, las dos con raíces<br />
verbales inusitadas, cuyo sentido hemos de<br />
deducir del contexto y del uso en otras lenguas semíticas.<br />
La primera es: «Me ha regalado (zebadani) Dios<br />
un buen regalo». La segunda: «Ahora se apegará a mí<br />
(yizbeleni) mi marido, porque le he dado seis hijos».<br />
21. El nacimiento de Dina parece añadirse únicamente<br />
por preparar el cap. 34, donde Dina será<br />
raptada por Siquem. Por lo demás aquí se trata sólo<br />
de los antepasados varones epónimos de las tribus.<br />
No se da la explicación del nombre de Dina.<br />
22-24. Del arreglo entre las hermanas se nos ha<br />
contado el primer resultado: Lía tuvo dos hijos. ¿Qué<br />
le pasó a Raquel después de conseguir las mandragoras?<br />
Que produjeron el prodigio deseado. Se nos<br />
cuenta en los w. 22-23, donde se amontonan frases<br />
tomadas seguramente de varias fuentes, y sin atribuir<br />
el efecto a las mandragoras. «Se acordó Dios de<br />
Raquel. La escuchó Dios y abrió su seno, y ella concibió<br />
y dio a luz un hijo». Era muy importante en Israel<br />
atribuir a Dios el nacimiento de los hijos.<br />
Otra vez nos encontramos con dos etimologías<br />
del nombre de Josef. En el v. 23 se deriva del verbo<br />
'SF, «ha quitado ('asaf) Dios mi afrenta». Pero en el<br />
v. 24 se deriva del verbo YSF, «Que me añada (yosef)<br />
Yahvé otro hijo». Las dos motivaciones se entienden<br />
188 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong><br />
bien si pertenecen a dos fuentes, una que llama a<br />
Dios Elohim, otra que le llama Yahvé.<br />
Sentido. 1) El capítulo, al menos en la forma en<br />
que lo poseemos hoy, tiene la función, en el conjunto<br />
del Génesis, de narrar el nacimiento de los padres<br />
de las doce tribus de Israel (once por el momento).<br />
La tradición tenía a todas las tribus por descendientes<br />
de Jacob, pero de distintas madres. De ahí<br />
surge una narración en la que el tema es la relación<br />
de aquellas mujeres con Jacob y entre sí, sus envidias<br />
y sus rencillas. Pero los escritores primitivos se preocupan<br />
de contar las cosas de tal manera que el nacimiento<br />
de los hijos de Jacob no se explique sólo por<br />
el juego libre de las causas naturales. Valiéndose de<br />
etimologías más o menos rebuscadas de los nombres<br />
de los hijos, atribuyen constantemente a Dios, o a<br />
Yahvé, esos nacimientos. Eso era muy importante en<br />
Israel, para combatir cualquier veleidad de acudir a<br />
los dioses de la fecundidad. El mero hecho de que el<br />
conjunto del relato sea un eslabón más en la cadena<br />
del Génesis, hace que todo este conjunto sea obra de<br />
Dios, que está preparando la existencia de su pueblo.<br />
Aunque no se diga expresamente.<br />
No importa tanto saber si las motivaciones o<br />
explicaciones de nombres en la narración primitiva<br />
eran profanas, y sólo después entró en ellas la mención<br />
de Dios. La atribución de los nacimientos a la<br />
acción de Dios se remonta por lo menos al Yahvista<br />
(ver Gn 4,1).<br />
2) De paso, la narración nos transmite una idea<br />
acerca del Dios de Israel, se le llame Elohim o Yahvé.<br />
Es un Dios justo y compasivo. Lía era aborrecida;<br />
pero Yahvé se compadece de ella y la hace fecunda;<br />
por el contrario, Raquel era la amada de Jacob,<br />
pero Yahvé la hace estéril. Llega un momento en que<br />
las dos hermanas son desgraciadas, una porque el<br />
marido la tiene olvidada, la otra por su esterilidad;<br />
Dios tiene compasión de ambas con ocasión del<br />
asunto de las mandragoras.<br />
3) Quizás sin pretenderlo, muestra este pasaje el<br />
papel decisivo que tuvieron las mujeres, y sus rivalidades,<br />
en la historia de Israel. Los hombres eran más<br />
importantes en teoría: sólo ellos tenían poder de<br />
decisión. Pero el hombre terminaba por hacer lo que<br />
quería la mujer, en este caso las mujeres.