Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
pequeño. Narrativamente, sólo queda saber si la<br />
emoción que embarga al lector no habrá conmovido<br />
también el corazón de José.<br />
El capítulo encierra una lección importante. Los<br />
hermanos, siendo como eran inocentes del delito de<br />
que se les acusaba, se reconocen culpables ante Dios:<br />
«Dios ha hallado la culpa de sus siervos» (v. 16). Ellos<br />
tenían fresco en la memoria el crimen que habían<br />
cometido contra su hermano José. En aquel recuerdo<br />
estaba presente Dios. Humanamente no tenían<br />
nada que temer por aquel delito: su padre había<br />
aceptado la versión que ellos le habían dado; de José<br />
no se iba a saber nunca más. Pero ellos sabían que,<br />
ofendiendo a su hermano, habían ofendido a Dios,<br />
que sale vengador de los indefensos. Ellos podían<br />
esforzarse en olvidar el crimen contra José, pero<br />
nunca podrían terminar de olvidarlo porque había<br />
La reconciliación (Gn 45)<br />
Alguien que no lo olvidaba: Dios. La rumia de los<br />
delitos del pasado bajo la mirada de Dios ablandó los<br />
corazones de aquellos hombres otrora duros y los<br />
fue madurando hacia sentimientos delicados. Esa<br />
transformación habría sido imposible sin la fe por la<br />
que veían a Dios como el principal protagonista de<br />
la historia.<br />
No me parece pertinente hablar aquí todavía de<br />
un sufrimiento vicario. Pero la disposición de pagar<br />
una pena en sustitución de un hermano, está en la<br />
base de la entrega del «siervo de Yahvé» del Déutero-Isaías<br />
y del mismo Jesús en el Nuevo Testamento.<br />
El cargar sobre sí, en la medida de lo posible, el<br />
sufrimiento del otro, es también la base de la vida del<br />
pueblo de Dios.<br />
A estas lecciones se suma otra: ningún hombre es<br />
completamente perverso.<br />
A £T Y no pudo José contenerse delante de todos los que en pie le asistían y gri-<br />
JJ y~s tó: «Echad a todo el mundo de delante de mí». Y no quedó nadie con él<br />
cuando se dio a conocer José a sus hermanos. Y lloró a voz en grito, y lo oyeron los<br />
egipcios, y lo oyó la casa del Faraón.<br />
Y José dijo a sus hermanos: «Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?». Y sus hermanos<br />
no podían contestarle, porque se hahían quedado atónitos ante él.<br />
4 Y dijo José a sus hermanos: «Acercaos a mí». Y se acercaron. Y él dijo: «Yo soy<br />
vuestro hermano José, a quien vendisteis para Egipto. Pero ahora, no tengáis pena,<br />
ni os enojéis contra vosotros mismos porque me vendisteis para acá, pues para la conservación<br />
de la vida me envió Dios delante de vosotros. Porque con éste van dos<br />
años de hamhre por la tierra, y aún quedan cinco años en que no hahrá arada ni siega.<br />
Y Dios me ha enviado delante de vosotros para manteneros un resto sohre la<br />
tierra y para haceros sohrevivir, para una gran liheración. Así pues, no mistéis vosotros<br />
los que me enviasteis acá, sino Dios, y él me ha constituido en padre de Faraón,<br />
y en dueño de toda su casa y gobernador de todo el país de Egipto. Daos prisa y<br />
suhid donde mi padre, y le diréis: «Así dice tu hijo José: Dios me ha hecho dueño de<br />
tod o Egipto; haja donde mí, no te detengas. Vivirás en el país de Gosen, y estarás<br />
cerca de mí, tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tus vacas y todo lo tuyo.<br />
Yo te sustentaré allí, pues todavía hahrá cinco años de hamhre, para que no quedéis<br />
en la miseria ni tú ni tu casa ni todo lo tuyo». Vuestros propios ojos están vien-<br />
PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 27 1