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LA FASCINACION DEL MAL

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La fascinación del mal: Historia de vida de un Shamán Secoya / 139<br />

bastante suena dentro de la olla, parece que es una persona que está<br />

diciendo “mm, mm”. 33 Se coge un palo largo. La gente tiene que ver de<br />

qué lugar va el humo para ponerse del lado contrario. Ahí golpean la<br />

olla y la parten. Cuando se quiebra [la olla] sale humo negro, porque<br />

es veneno. Luego botan la leña y regresan a la casa llorando.<br />

Después que se terminó de cocinar, [el “veneno”] mata a una<br />

persona como de la distancia de aquí a Campo Eno [situado a varios<br />

km. de San Pablo]. Se vuelve a cocinar como el primer día, segundo<br />

día, tercer día, cuarto día. Después de cuatro días, el brujo que mató a<br />

la persona siente ya dolor de estómago. El se pone a masajearse, y luego<br />

siente más dolor, y se levanta la kushma y hace así [se frota el vientre]<br />

como un niño. Luego dice:<br />

- Me voy al río para refrescarme -<br />

Y corre al río, y ya en el puerto se ve por encima del río una señora,<br />

como usted. El la quiere mirar, y se desmaya, se ahoga y se muere.<br />

Luego salí de esa casa e hice una casa más abajo. Cuando estaba<br />

viviendo allí, pensé:<br />

- Voy a tomar más yajé -<br />

Comencé a preparar, y tomaba. Y cuando tomaba, como ya sabía<br />

llamar a las huanganas, las había llamado y vinieron por la chacra,<br />

cerca de la casa habían pasado. Mi hermana había visto a las huanganas,<br />

entonces vino en canoa a avisarme.<br />

Salimos a matar a los puercos. Yo dije:<br />

- No necesitan ir muy lejos para matar -<br />

Algunos flechaban con bodoquera, pero yo tenía chimenea, con<br />

eso maté dos. Unos habían matado hasta tres, [otros] hasta siete. Luego<br />

regresamos a la casa, y estábamos descuartizando las huanganas.<br />

Celestino 34 era [en esa época] pequeño. Al crecer, el árbol de<br />

papaya se había podrido, y cuando él subía ahí le decían que no subiera<br />

porque se iba a caer. Entonces él bajaba. Cuando estábamos distraídos<br />

había subido otra vez [risas] y se había caído, pero no le pasó nada.

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