LA FASCINACION DEL MAL
LA FASCINACION DEL MAL
LA FASCINACION DEL MAL
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La fascinación del mal: Historia de vida de un Shamán Secoya / 17<br />
por las prohibiciones que es necesario respetar y sufrimientos que<br />
implica el manejo de los alucinógenos.<br />
En el caso de Fernando, su padre, varios tíos, su bisabuela, su<br />
abuela y una hermana fueron shamanes o, como se los denomina al<br />
hablar castellano, kuraka. 3 Especialmente su padre desempeñó un<br />
papel esencial en su formación y moldeó la profundidad de estas experiencias<br />
con alucinógenos, incluso retárdandolas cuando lo creyó necesario,<br />
ya que el joven aún no estaba maduro para ellas. También es<br />
necesaria una férrea fuerza de voluntad, ya que durante el período de<br />
enseñanza se debe mantener una estricta dieta y abstenerse de relaciones<br />
sexuales. Así, el aprendiz va estableciendo vínculos que afianzará<br />
más y más en el futuro con sus espíritus auxiliares watí, con los jaguares<br />
y con los seres celestes wiñáo wai.<br />
Historia de un encuentro<br />
Numerosos investigadores, entre los que me incluyo, prefieren<br />
desaparecer atrás de sus datos, adquirir una invisibilidad engañosa, la<br />
que, a más tardar después de la antropología postmoderna, sabemos<br />
que es una quimera. El modo más común de elaborar la información<br />
obtenida en el trabajo de campo es hacer desaparecer toda traza del<br />
observador (véase Tedlock 1991). Si existe un contexto en que la autoexclusión<br />
es aún más ilusoria es en la experiencia conjunta que significa<br />
contar una vida, que termina presentándose con escasas o ninguna<br />
referencia a la investigación y al tipo de relación entablada con el investigador<br />
(Hoskins 1985). Sin embargo, contar la propia vida a un individuo<br />
de otra sociedad, que por lo general viaja allí de forma intermitente,<br />
es una empresa tan curiosa, que es necesario comunicar al lector<br />
los fundamentos de esta relación. Por eso trataré de explicar qué representaba<br />
Fernando para mí, y, con cierto riesgo de equivocarme, qué<br />
representaba yo para él.<br />
Si bien nuestra relación era cordial, no me atrevería a llamarla<br />
una amistad, o más bien la amistad posible entre personas de sociedades,<br />
hábitos etc. muy distintos. Las dificultades de la empresa de la<br />
amistad entre dos personas de culturas y existencias distintas, surgida<br />
durante el trabajo de campo, se ven claramente en un volumen que