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LA FASCINACION DEL MAL

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228 / María Susana Cipolletti y Fernando Payaguaje<br />

Tal como vimos en los textos anteriores, al deceso de un shamán<br />

siguen tormentas y fenómenos meteorológicos violentos, que aterran a<br />

los sobrevivientes. Fernando había explicado a su familia los sucesos<br />

que se originarían luego de su muerte y les había aconsejado cómo<br />

debían comportarse, a fin de evitar males mayores. Luego de su muerte<br />

se originarían vientos fuertes, ciclones y tormentas, ante los cuales<br />

sus familiares no debían gritar ni llorar. Recién cuando hubiera pasado<br />

la borrasca debían proceder a enterrarlo. Si se comportaran de otro<br />

modo, existiría el peligro de que la tierra se hundiera y con ella, la aldea.<br />

La muerte de un shamán reactualiza entonces sucesos que se dieron<br />

en el tiempo originario, pero que pueden repetirse en esta ocasión.<br />

Como hemos visto, el cosmos presente se originó a partir de un cataclismo,<br />

provocado por Rutayó, acompañado de una inundación que<br />

arrasó con el cosmos que existía hasta entonces. Según la tradición<br />

secoya, este acontecimiento sucedió una vez, al principio de los tiempos,<br />

pero podría suceder otra vez. Las ocasiones peligrosas surgen al no<br />

respetar la conducta ritual adecuada durante la bebida de plantas alucinógenas<br />

y también - como en este caso - a la muerte de los shamanes.<br />

De ahí que Fernando insistiera en el comportamiento que debía mantenerse<br />

luego de su fallecimiento:<br />

“Al momento de mi muerte, o tal vez después de mi entierro, pueden<br />

surgir fuertes vientos o incluso tempestades. Fíjense ustedes en el cielo;<br />

si lo ven con líneas blancas y oscuro comprenderán que llega el<br />

huracán. No bajen entonces de su casa, no correteen, no griten; no se<br />

lamenten cuando la tempestad está por llegar, ni me lloren. Esperen a<br />

que todo eso haya pasado y entierren mi cuerpo. Si, por el contrario,<br />

salen ustedes al patio, dan voces, corren alocadamente, pueden ocurrir<br />

males mayores; incluso podría deshacerse la tierra o hundirse. Tengan<br />

mucho cuidado!, para eso les contaré lo que vi cuando bebía yajé:<br />

Sepan que han ocurrido ya en la muerte de un gran curandero cosas<br />

como esas, algunos alcanzaron a verlas. 1 Podría ocurrir el hundimiento<br />

de la casita solamente, o de la chacra, pero si el muerto tiene gran<br />

poder, pudiera hundirse la tierra hasta los confines” (Payaguaje<br />

1990:120).<br />

El temor que inspiran los recién fallecidos parte del convencimiento<br />

de que sus emociones y sentimientos siguen vigentes por un

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