LA FASCINACION DEL MAL
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La fascinación del mal: Historia de vida de un Shamán Secoya / 145<br />
Cuando mi esposa estaba lavando los platos, dijo:<br />
- Ya puede guardar sus cositas -, y en seguida guardamos las cosas.<br />
- Y si se enferma más, la vamos a llevar a Quito - había dicho [el<br />
misionero].<br />
Yo sólo regresé a Puerto Bolívar, y mi esposa ha quedado en<br />
Limoncocha, con un tratamiento. A los dos días se oía ruido de avión.<br />
Yo dije [a mis hijos]:<br />
- Ahí viene su mamá, ahí viene -<br />
Entonces había pasado el avión hasta Putumayo, había ido a<br />
dejar a un siona que vivía allá. Y al regresar, el avión aterrizó. Yo fuí a<br />
ver, y había llegado mi esposa. Y la traje a la casa.<br />
Luego, él [el misionero] vivió mucho tiempo allá [en<br />
Cuyabeno], y dijo:<br />
- Voy a buscar una parte más bonita para trabajar [la tierra] -<br />
Vino por acá [San Pablo] en avión. Aquí también había una<br />
pista, de antes. * Sí, aquí vivían los sionas. Había venido por avión,<br />
dando vueltas, había visto que no había agua, que no era pantanoso.<br />
Había regresado y me dijo:<br />
- Voy a ir a vivir allá, a hacer una casa con estas mismas hojas de cinc<br />
Y a mi me pidió que viniera también para acá:<br />
- Voy a llevar sus cosas por avión, y usted puede ir en canoa -<br />
Trajo mis cosas por avión, y como mi hija ya vivía aquí, [ella]<br />
retiró las cosas de la avioneta, y yo vine en canoa. Bajé con la canoa y<br />
me quedé a dormir cerca de la bocana del Cuyabeno. Al otro día fuí a<br />
pescar, y al otro día seguí el viaje. Me quedé en otro sitio [a dormir] y<br />
luego llegué.<br />
Si [el misionero] no hubiera traído en avión las cosas, me hubiera<br />
quedado a vivir allá en ese tiempo. Y ahora estoy aquí. * Sí [Puerto