Concepciones del maestro sobre la ética
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de <strong>la</strong> <strong>del</strong>imitación kantiana entre <strong>la</strong> razón práctica y <strong>la</strong> razón teor<strong>ética</strong>,<br />
contraponiendo <strong>la</strong> conexión que hace Putnam entre <strong>la</strong>s cuestiones teóricas<br />
y prácticas y, por otro <strong>la</strong>do, destacó el riesgo que representa el hecho<br />
de aplicar <strong>la</strong> ‘noción de verdad’ a los valores, pues ello conduce a un tipo<br />
de realismo comprometido metafísicamente con una c<strong>la</strong>se especial de<br />
hechos y propiedades (Cf. Putnam & Habermas, 2008, p. 11).<br />
Referentes teóricos<br />
Los puntos centrales de este debate son: (1) es defendible <strong>la</strong> ‘inmunidad’<br />
<strong>del</strong> cognitivismo con respecto a los valores –postura de ta<strong>la</strong>nte habermasiano–,<br />
o (2) es defendible <strong>la</strong> ‘inmunidad’ <strong>del</strong> realismo respecto de<br />
los valores –postura de ta<strong>la</strong>nte putnamiano–. Lo cierto es que <strong>la</strong>s características<br />
propias de esta discusión muestran una particu<strong>la</strong>ridad de <strong>la</strong><br />
naturaleza humana según <strong>la</strong> cual, gracias a <strong>la</strong> discusión propia que ocurre<br />
entre filósofos, es evidenciable: se trata de una discusión en términos<br />
de ‘discrepancia’. Por fortuna este libro se presenta en el contexto de<br />
una sociedad dispuesta, por lo menos teóricamente, a aceptar <strong>la</strong> pluralidad<br />
de formas y estilos de vida, de comunidades y visiones <strong>del</strong> ‘mundo<br />
distintos’ con conjuntos de valores diferenciados y entre<strong>la</strong>zados, donde<br />
<strong>la</strong> ‘discrepancia’ dispone a <strong>la</strong> ‘tolerancia’ de puntos de vista diversos, y<br />
quizá enfrentados a modos de vida concebidos y establecidos de antemano.<br />
El debate entre Putman y Habermas es un ejemplo académico de <strong>la</strong><br />
importancia <strong>del</strong> desacuerdo en el marco de una sociedad democrática y<br />
en <strong>la</strong> cual es recomendable <strong>la</strong> apertura mental hacia ‘otras’ concepciones<br />
de vida buena, disimiles de <strong>la</strong>s comúnmente convenidas y aceptadas<br />
como propias y particu<strong>la</strong>res.<br />
147<br />
El debate entre estos pensadores contemporáneos, se inscribe en <strong>la</strong> comprensión<br />
<strong>del</strong> pluralismo ético y se concentra en <strong>la</strong> posibilidad de adquirir<br />
y justificar el conocimiento objetivo de valores y normas. Para<br />
ambos filósofos el pluralismo es un rasgo definitorio de <strong>la</strong>s comunidades<br />
humanas actuales y, específicamente, de <strong>la</strong>s sociedades democráticas<br />
contemporáneas, entendiendo que en medio de <strong>la</strong> diversidad existe <strong>la</strong><br />
posibilidad de <strong>la</strong> discrepancia entre ideas de vida incompatibles que<br />
pueden generar conflicto social. En tales ‘cosmovisiones´ se integran<br />
diferencias de valor e incluso explicitan <strong>la</strong> incompatibilidad entre sus<br />
valores respectivos, en el marco de un contexto que inserta una tesis<br />
<strong>sobre</strong> los valores que no puede ser indiferente a <strong>la</strong> reflexión y a <strong>la</strong> crítica.