Concepciones del maestro sobre la ética
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3.1.1. Ética aristotélica 3<br />
El pensamiento de Aristóteles recogido en sus obras reúne, en su mayor<br />
parte, una diversidad temática que habría de constituirse en lo que <strong>la</strong><br />
tradición ha consagrado como los campos de problemas fundamentales<br />
de <strong>la</strong> filosofía: Metafísica, Lógica, Física, Ética y Política. Sus tratados<br />
de Ética llegan a constituir en <strong>la</strong> antigüedad griega <strong>la</strong> e<strong>la</strong>boración sistemática<br />
más importante de <strong>la</strong>s ideas que en filosofía moral ya venían<br />
siendo p<strong>la</strong>nteadas por sus predecesores, pero <strong>la</strong> manera particu<strong>la</strong>r de<br />
Aristóteles de problematizar<strong>la</strong>s <strong>la</strong>s convierte en lo que se ha dado en<br />
identificar como <strong>la</strong> concepción aristotélica de <strong>la</strong> <strong>ética</strong>. Son tres <strong>la</strong>s obras a<br />
través de <strong>la</strong>s cuales ha llegado hasta nosotros <strong>la</strong> <strong>ética</strong> aristotélica: Ética<br />
a Nicómaco, Ética a Eudemo y Gran Ética. Nuestra exposición de <strong>la</strong> concepción<br />
aristotélica de <strong>la</strong> <strong>ética</strong> estará centrada en <strong>la</strong> argumentación de <strong>la</strong><br />
Ética a Nicómaco (EN).<br />
Referentes teóricos<br />
¿Cuál es <strong>la</strong> forma de vida más adecuada a su naturaleza que el hombre<br />
puede vivir? Esta pregunta sintetiza el núcleo de <strong>la</strong>s preocupaciones<br />
p<strong>la</strong>nteadas por Aristóteles en su programa ético, y su perspectiva lo<br />
conduce a encontrar <strong>la</strong> respuesta de un modo realista en <strong>la</strong> propia naturaleza<br />
y <strong>la</strong>s necesidades humanas, distanciándose de su <strong>maestro</strong> P<strong>la</strong>tón,<br />
quien encontraba en el bien humano una especie de reflejo de un Bien<br />
de carácter trascendente, mo<strong>del</strong>o irrenunciable de todo tipo de bien. “El<br />
bien es aquello hacia lo que todas <strong>la</strong>s cosas tienden” –dice Aristóteles<br />
en Ética a Nicómaco en el pasaje 1094a 4–, lo que todos anhe<strong>la</strong>n, dado<br />
que el bien de cualquier cosa es lo mismo que el fin para y por el cual<br />
existe. Cuando los humanos identificamos cuáles son nuestros fines, nos<br />
consagramos a su consecución arrastrados por el deseo, porque sabemos<br />
que representan los bienes que buscamos en nuestras vidas. Pero los<br />
fines humanos son plurales y se subordinan unos a otros como medios<br />
para otros fines más elevados (cuando llevamos a cabo una tarea o actividad,<br />
lo hacemos con el propósito de algo otro ulterior: <strong>la</strong> medicina<br />
tiene por fin <strong>la</strong> salud; <strong>la</strong>s finanzas, <strong>la</strong> riqueza, etc.), pero debe haber un<br />
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3<br />
Agradecemos al profesor Jairo Iván Escobar, <strong>del</strong> Instituto de Filosofía de <strong>la</strong> Universidad<br />
de Antioquia, por sus valiosas recomendaciones e indicaciones.