10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

me gusta la pared de cristal. Será mejor que le pidamos que la incorpore a la casa de una forma máscomprensiva.Christian sonríe.—Claro. Lo que tú digas. ¿Y lo que ha propuesto para el piso de arriba y el sótano?—Eso me parece bien.—Perfecto.Vale… creo que es hora de hacer la pregunta del millón de dólares.—¿Vas a querer poner allí también un cuarto de juegos? —Siento que me ruborizo. Christian levanta lascejas.—¿Tú quieres? —me pregunta sorprendido y divertido al mismo tiempo.Me encojo de hombros.—Mmm… Si tú quieres…Me mira durante un momento.—Dejemos todas las opciones abiertas por el momento. Después de todo, va a ser una casa para criarniños.Me sorprendo al notar una punzada de decepción. Supongo que tiene razón, pero… ¿cuándo vamos a teneresa familia? Pueden pasar años.—Además, podemos improvisar.—Me gusta improvisar —murmuro.Él sonríe.—Hay algo que me gustaría hablar contigo —dice Christian señalando el dormitorio principal yempezamos una detallada discusión sobre baños y vestidores separados.Cuando terminamos ya son las nueve y media de la noche.—¿Tienes que volver a trabajar? —le pregunto a Christian mientras enrolla los planos.—No si tú no quieres —asegura sonriendo—. ¿Qué te apetece hacer?—Podríamos ver un poco la tele. —No tengo ganas de leer ni de irme a la cama… todavía.—Vale —acepta alegremente Christian y yo le sigo hasta la sala de la televisión.Solo nos hemos sentado allí tres o cuatro veces, y normalmente Christian se dedica a leer. A él no leinteresa la televisión. Me acurruco a su lado en el sofá, encogiendo las piernas bajo el cuerpo y apoyando lacabeza en su hombro. Enciende la tele plana con el mando a distancia y cambia de canal mecánicamente.—¿Hay alguna chorrada en particular que te apetezca ver?—No te gusta mucho la televisión, ¿verdad? —le digo sardónicamente.Él niega con la cabeza.—Es una pérdida de tiempo, pero no me importa ver algo contigo.—Podríamos meternos mano.Se gira bruscamente para mirarme.—¿Meternos mano? —Por la forma en que me mira, parece que acabara de nacerme una segunda cabeza.Para de cambiar de canal, dejando la televisión en un frívolo culebrón hispano.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!