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tercer libro Cincuenta sombras liberadas

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hacia abajo, fascinado por mi espalda al aire. Me la acaricia con los dedos hasta que llega al borde del vestido,donde la carne pálida se encuentra con la tela plateada—. Es muy atrevido —murmura.Su mano desciende un poco más, siguiendo por mi culo y bajando por el muslo desnudo. Se detiene y susojos grises brillan con un tono azulado. Lentamente sus dedos ascienden de nuevo hasta el dobladillo de mivestido.Observo sus dedos largos que me rozan levemente, acariciándome la piel y dejando un cosquilleo a supaso, y mi boca forma una O perfecta.—No hay mucha distancia entre aquí… —dice tocando el dobladillo de mi vestido— y aquí —susurrasubiendo un poco el dedo. Doy un respingo cuando los dedos me acarician el sexo, moviéndose de formaprovocativa sobre mis bragas, sintiéndome y excitándome.—¿Adónde quieres llegar? —le susurro.—Quiero llegar a explicar que esto no está muy lejos… —Sus dedos se deslizan sobre mis bragas y en unsegundo mete uno debajo, contra la carne suave y humedecida—. De esto. —Introduce un dedo en miinterior.Doy un respingo y gimo bajito.—Esto es mío —me susurra al oído. Cierra los ojos y mete y saca el dedo rítmicamente de mi interior—. Yno quiero que nadie más lo vea.Mi respiración se vuelve entrecortada y mis jadeos se acompasan con el ritmo de su dedo. Le estoy viendoen el espejo mientras me hace esto… y es algo más que erótico.—Así que si eres buena y no te agachas, no habrá ningún problema—¿Lo apruebas? —le pregunto.—No, pero no voy a prohibirte que lo lleves. Estás espectacular, Anastasia. —Saca de repente el dedo,dejándome con ganas de más, pero él se mueve para quedar frente a mí. Me coloca la punta de su dedoinvasor en el labio inferior. Instintivamente frunzo los labios y le doy un beso. Él me recompensa con unasonrisa maliciosa. Se mete el dedo en la boca y su expresión me informa de que le gusta mi sabor… mucho.¿Siempre me va a impactar verle hacer eso?Después me coge la mano.—Ven —me ordena con voz suave y me tiende la mano para que vaya con él. Quiero responderle queestaba a punto de conseguirlo con lo que me estaba haciendo, pero a la vista de lo que pasó ayer en el cuartode juegos, prefiero callarme.Estamos esperando el postre en un restaurante pijo y exclusivo de la ciudad. Hasta ahora ha sido una cenaanimada y Mia está decidida a que sigamos con la diversión y vayamos de discotecas. En este momento estásentada en silencio, escuchando con atención mientras Ethan y Christian charlan. Es evidente que Mia estáencaprichada con Ethan, y Ethan… es difícil saberlo. No sé si son solo amigos o hay algo más.Christian parece relajado. Ha estado conversando animadamente con Ethan. Parece que han estrechado suamistad mientras pescaban. Hablan sobre todo de psicología. Irónicamente, Christian parece el que más sabede los dos. Me río por lo bajo mientras escucho a medias la conversación, dándome cuenta con tristeza de quesus conocimientos son resultado de su experiencia con muchos psiquiatras.

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