10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

también quería ver a Susi, a usted y… al señor Grey.—¿Quieres ver a Christian? —Noto que mi estómago se precipita al vacío en caída libre. Por eso está aquí.—Sí. Y quería preguntarle si le parece bien.Oh, Dios mío… Me la quedo mirando con la boca abierta. Tengo ganas de decirle que no me parece bien,que no la quiero cerca de mi marido. Pero ¿por qué ha venido? ¿Para evaluar a la competencia? ¿Paraalterarme? ¿O es que necesita algún tipo de cierre?—Leila —digo con dificultad, irritada—. Eso no es asunto mío, sino de Christian. Tendrás quepreguntárselo a él. Él no necesita mi permiso. Es un hombre adulto… la mayor parte del tiempo.Me mira durante un segundo como si estuviera sorprendida por mi reacción y después se ríe bajito, todavíajugando nerviosamente con las puntas de su pelo.—Él se ha negado repetidamente a verme todas las veces que se lo he pedido —me dice casi en un susurro.Oh, mierda. Tengo más problemas de los que creía.—¿Y por qué es tan importante para ti verle? —le pregunto con suavidad.—Para darle las gracias. Me estaría pudriendo en esa inmunda institución psiquiátrica que no era más queuna prisión si no fuera por él. —Se queda mirando uno de sus dedos, que está pasando por el borde de lamesa—. Tuve un episodio psicótico grave, y sin el señor Grey y sin John… el doctor Flynn, quiero decir…—Se encoge de hombros y me mira de nuevo con una expresión llena de gratitud.Estoy otra vez sin habla. ¿Qué espera que diga? Tendría que estar diciéndole estas cosas a Christian, no amí.—Y por el curso de arte. Nunca podré agradecerle suficiente eso.¡Lo sabía! Christian está pagando sus clases. Mi rostro sigue sin revelar nada mientras analizo vacilante missentimientos por esa mujer que acaba de confirmar mis sospechas sobre la generosidad de Christian. Para misorpresa, no le guardo ningún rencor a ella. Es una revelación y me alegro de que esté mejor. Con suerte, asípodrá seguir adelante con su vida y nosotros con la nuestra.—¿No estás perdiendo clases por venir aquí? —le pregunto con genuino interés.—Solo voy a perder dos. Mañana vuelvo a casa.Ah, bien.—¿Y cuáles son tus planes?—Quiero recoger mis cosas de casa de Susi, volver a Hamden y seguir pintando y aprendiendo. El señorGrey ya ha adquirido un par de mis cuadros.¡Maldita sea! El estómago se me vuelve a caer a los pies. ¿No estarán colgados en mi salón? Se me ponenlos pelos de punta solo de pensarlo.—¿Qué tipo de pintura practicas?—Sobre todo abstracta.—Ya veo.Reviso mentalmente los cuadros del salón, que ahora ya conozco bien. Dos de ellos pueden haber sidopintados por una de las ex sumisas de mi marido… Sí, es posible.—¿Puedo hablarle con franqueza? —me pregunta totalmente ajena a mis emociones encontradas.—Por supuesto —le respondo mirando a Prescott, que parece haberse relajado un poco.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!