10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

25Apenas puedo respirar. ¿Quiero oírlo? Christian cierra los ojos y vuelve a tragar. Cuando los abre de nuevobrillan, aunque con timidez, llenos de recuerdos perturbadores.—Era un día caluroso de verano y yo estaba haciendo un trabajo duro. —Ríe entre dientes y niega con lacabeza, de repente divertido—. Era un trabajo agotador el de apartar todos esos escombros. Estaba solo yapareció Ele…, la señora Lincoln de la nada y me trajo un poco de limonada. Empezamos a charlar, hice uncomentario atrevido… y ella me dio un bofetón. Un bofetón muy fuerte.Inconscientemente se lleva la mano a la cara y se frota la mejilla. Los ojos se le oscurecen al recordar.¡Maldita sea!—Pero después me besó. Y cuando acabó de besarme, me dio otra bofetada. —Parpadea y siguepareciendo confuso incluso después de pasado tanto tiempo—. Nunca antes me habían besado ni pegado así.Oh. Se lanzó sobre él. Sobre un niño…—¿Quieres oír esto? —me pregunta Christian.Sí… No…—Solo si tú quieres contármelo. —Mi voz suena muy baja cuando le miento sin dejar de mirarle. Mi mentees un torbellino.—Estoy intentando que tengas un poco de contexto.Asiento de una forma alentadora, espero. Pero sospecho que parezco una estatua, petrificada y con los ojosmuy abiertos por la impresión.Él frunce el ceño y busca mis ojos con los suyos, intentando evaluar mi reacción. Después se tumba bocaarriba y mira al techo.—Bueno, naturalmente yo estaba confuso, enfadado y cachondo como un perro. Quiero decir, una mujermayor y atractiva se lanza sobre ti así… —Niega con la cabeza como si no pudiera creérselo todavía.¿Cachondo? Me siento un poco mareada.—Ella volvió a la casa y me dejó en el patio. Actuó como si nada hubiera pasado. Yo estaba absolutamentedesconcertado. Así que volví al trabajo, a cargar escombros hasta el contenedor. Cuando me fui esa tarde, ellame pidió que volviera al día siguiente. No dijo nada de lo que había pasado. Así que regresé al día siguiente.No podía esperar para volver a verla —susurra como si fuera una confesión oscura… tal vez porque lo es—.No me tocó cuando me besó —murmura y gira la cabeza para mirarme—. Tienes que entenderlo… Mi vidaera el infierno en la tierra. Iba por ahí con quince años, alto para mi edad, empalmado constantemente y llenode hormonas. Las chicas del instituto…No sigue, pero me hago a la idea: un adolescente asustado, solitario y atractivo. Se me encoge el corazón.—Estaba enfadado, muy enfadado con todo el mundo, conmigo, con los míos. No tenía amigos. Elterapeuta que me trataba entonces era un gilipollas integral. Mi familia me tenía atado en corto, no loentendían.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!