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tercer libro Cincuenta sombras liberadas

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eso. —La voz de Christian es apenas audible cuando dice esa última frase. Se me vuelve a encoger elcorazón. Le abrazo y él me aprieta un poco el hombro.—Sí… ¿Lo haríais?… Genial. —Cuelga—. Vienen para acá. —Suena sorprendido y me doy cuenta deque probablemente nunca antes ha pedido ayuda.—Bien. Debería vestirme.El brazo de Christian se aprieta a mi alrededor.—No te vayas.—Vale.Me acurruco a su lado otra vez, sorprendida por el hecho de que acaba de contarme muchas cosas sobreél… Y de una forma completamente voluntaria.Estamos de pie en el umbral del salón. Grace me abraza con cuidado.—Ana, Ana, querida Ana —susurra—. Has salvado a dos de mis hijos. ¿Cómo voy a poder darte lasgracias?Me ruborizo, conmovida y avergonzada por igual por sus palabras. Carrick me abraza también y me da unbeso en la frente.Después me abraza Mia, aplastándome las costillas. Hago un gesto de dolor y doy un respingo, pero ellano se da cuenta.—Gracias por salvarme de esos dos desgraciados.Christian la mira frunciendo el ceño.—¡Mia! ¡Cuidado! Le duele…—¡Oh! Lo siento.—Estoy bien —murmuro, aliviada de que me haya soltado.Parece estar bien. Va impecablemente vestida con unos vaqueros negros ajustados y una blusa de volantesrosa pálido. Me alegro de llevar un cómodo vestido atado a la cintura y unos zapatos planos. Al menos estoyrazonablemente presentable.Corre hasta Christian y le rodea la cintura con los brazos.Sin decir nada, Christian le pasa la foto a Grace. Ella da un respingo y se lleva la mano a la boca paracontener la emoción porque reconoce instantáneamente a Christian. Carrick le rodea los hombros con el brazomientras él también mira la foto.—Oh, cariño… —Grace le acaricia la mejilla a Christian.Aparece Taylor.—¿Señor Grey? Su hermano, la señorita Kavanagh y el hermano de la señorita Kavanagh están subiendo,señor.Christian frunce el ceño.—Gracias, Taylor —murmura desconcertado.—Yo llamé a Elliot y le dije que veníamos. —Mia sonríe—. Es una fiesta de bienvenida.Miro compasiva a mi pobre marido mientras Grace y Carrick le lanzan una mirada a Mia, irritados.—Será mejor que preparemos algo de comer —declaro—. Mia, ¿me ayudas?

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