10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Así que quieres jugar duro, ¿eh? —le pregunto rozando mi entrepierna contra la suya.Abre la boca e inhala bruscamente.—Sí —dice entre dientes y yo le suelto.—Espera. —Extiendo la mano para coger el vaso de agua que hay junto a la cama. Christian debe dehaberlo puesto allí. El agua aún está fresca y burbujeante, demasiado para llevar mucho tiempo ahí… Mepregunto cuándo habrá venido Christian a la cama.Mientras le doy un largo trago, Christian va trazando pequeños círculos con el dedo por mis muslos,dejándome un hormigueo en la piel a su paso, antes de rodearme con las manos y apretarme el culo desnudo.Mmm…Utilizando un truco de su impresionante repertorio, me inclino y le beso a la vez que vierto el agua frescaen su boca.Él bebe.—Muy rico, señora Grey —murmura y esboza una sonrisa juvenil y juguetona.Vuelvo a poner el vaso en la mesita y le quito las manos de mi trasero para agarrárselas de nuevo junto a lacabeza.—¿Así que se supone que yo no quiero? —le digo con una sonrisa.—Sí.—No soy muy buena actriz.Él sonríe.—Inténtalo.Me inclino y le doy un beso casto.—Vale, entraré en el juego —le susurro mordisquiándole la mandíbula y sintiendo su incipiente barba bajomis dientes y mi lengua.Christian emite un sonido grave y sexy desde el fondo de su garganta y se revuelve, tirándome sobre lacama a su lado. Grito por la sorpresa. Ahora está encima de mí y yo empiezo a resistirme mientras él trata decogerme las manos. Le planto las manos con brusquedad en el pecho y le empujo con todas mis fuerzas,intentando moverle, mientras él se esfuerza por separarme las piernas con su rodilla.Sigo empujándole el pecho (Dios, ¡cómo pesa!), pero él ni se inmuta ni se queda petrificado como lepasaba antes. ¡Está disfrutando con esto! Sigue intentando cogerme las muñecas y por fin consigue atraparmeuna, a pesar de mis feroces esfuerzos por liberarla. Es la mano que me duele, así que no forcejeo, pero con laotra le cojo del pelo y tiro con fuerza.—¡Ah! —Mueve la cabeza bruscamente para liberarse y me lanza una mirada feroz y carnal—. Salvaje…—me susurra. Su voz tiene un tono de placer lujurioso.Mi libido explota como reacción a esa palabra susurrada y dejo de fingir. Vuelvo a luchar en vano para queme suelte la mano y a la vez intento entrelazar los tobillos y tirarlo para que ya no esté encima de mí. Peropesa demasiado. ¡Arrrggg! Es frustrante. Y excitante.Con un gruñido, Christian me atrapa la otra mano. Me agarra las dos muñecas con su mano izquierdamientras la derecha desciende por mi cuerpo, lenta, casi insolentemente, acariciando y sintiendo según baja,dándole un pellizco a uno de mis pezones a su paso.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!