10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Vuelve a mirar al techo y se pasa una mano por el pelo. Yo estoy deseando pasarle también la mano por elpelo, pero permanezco quieta.—No podía soportar que nadie me tocara. No podía. No soportaba que nadie estuviera cerca de mí. Solíameterme en peleas… joder que sí. Me metí en riñas bastante duras. Me echaron de un par de colegios. Peroera una forma de desahogarme un poco. La única forma de tolerar algo de contacto físico. —Se detiene denuevo—. Bueno, te puedes hacer una idea. Y cuando ella me besó, solo me cogió la cara. No me tocó. —Casi no le oigo la voz.Ella debía saberlo. Tal vez Grace se lo dijo. Oh, mi pobre <strong>Cincuenta</strong>. Tengo que meter las manos bajo laalmohada y apoyar la cabeza en ella para resistir la necesidad de abrazarle.—Bueno, al día siguiente volví a la casa sin saber qué esperar. Y te voy a ahorrar los detalles escabrosos,pero fue más de lo mismo. Así empezó la relación.Oh, joder, qué doloroso es escuchar esto…Él vuelve a ponerse de costado para quedar frente a mí.—¿Y sabes qué, Ana? Mi mundo recuperó la perspectiva. Aguda y clara. Todo. Eso era exactamente loque necesitaba. Ella fue como un soplo de aire fresco. Tomaba todas las decisiones, apartando de mí toda esamierda y dejándome respirar.Madre mía.—E incluso cuando se acabó, mi mundo siguió centrado gracias a ella. Y siguió así hasta que te conocí.¿Y qué demonios se supone que puedo decir ahora? Él me coloca un mechón suelto detrás de la oreja.—Tú pusiste mi mundo patas arriba. —Cierra los ojos y cuando vuelve a abrirlos están llenos de dolor—.Mi mundo era ordenado, calmado y controlado, y de repente tú llegaste a mi vida con tus comentariosinteligentes, tu inocencia, tu belleza y tu tranquila temeridad y todo lo que había antes de ti empezó a pareceraburrido, vacío, mediocre… Ya no era nada.Oh, Dios mío.—Y me enamoré —susurra.Dejo de respirar. Él me acaricia la mejilla.—Y yo —murmuro con el poco aliento que me queda.Sus ojos se suavizan.—Lo sé —dice.—¿Ah, sí?—Sí.¡Aleluya! Le sonrío tímidamente.—¡Por fin! —susurro.Él asiente.—Y eso ha vuelto a situarlo todo en la perspectiva correcta. Cuando era más joven, Elena era el centro demi mundo. No había nada que no hiciera por ella. Y ella hizo muchas cosas por mí. Hizo que dejara labebida. Me obligó a esforzarme en el colegio… Ya sabes, me dio un mecanismo para sobrellevar las cosasque antes no tenía, me dejó experimentar cosas que nunca había pensado que podría.—El contacto —susurro.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!