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tercer libro Cincuenta sombras liberadas

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—Esperaré en recepción. Esto es solo cosa de Lulu. —Es evidente que está avergonzada.¿Lulu?—¿Estarás bien? —le pregunta a Leila, que le responde con una sonrisa.Susi me dedica una sonrisa amplia, abierta y genuina y sale de la habitación.Susi y Christian… No es algo en lo que quiera pensar. Prescott se saca el teléfono del bolsillo y contesta.No lo he oído sonar.—¿Sí, señor Grey? —dice. Leila y yo nos volvemos para mirarla. Prescott cierra los ojos mortificada—. Sí,señor —responde. Se acerca y me pasa el teléfono.Pongo los ojos en blanco.—¿Sí, Christian? —respondo tranquilamente intentando contener mi exasperación. Me levanto y salgoapresuradamente de la sala.—¿A qué demonios estás jugando? —me grita a punto de explotar.—No me grites.—¿Cómo que no te grite? —Me grita aún más alto—. Te he dado instrucciones específicas que tú acabasde ignorar… otra vez. Joder, Ana, estoy muy furioso.—Pues cuando te calmes, hablaremos de esto.—Ni se te ocurra colgarme —me amenaza entre dientes.—Adiós, Christian. —Le cuelgo y apago el teléfono de Prescott.Maldita sea… Sé que no dispongo de mucho tiempo con Leila. Inspiro hondo y regreso a la sala dereuniones. Leila y Prescott me miran expectantes y yo le devuelvo a Prescott el teléfono.—¿Dónde estábamos? —le pregunto a Leila mientras me siento frente a ella. Sus ojos se abren un poco,extrañados.Sí, aparentemente sé manejar a Christian. Pero no creo que ella quiera oír eso.Leila juguetea nerviosamente con las puntas de su pelo.—Primero, quiero disculparme —me dice en voz baja.Oh…Levanta la vista para mirarme y ve mi sorpresa.—Sí —prosigue apresuradamente—. Y agradecerle que no haya presentado cargos. Ya sabe… por lo delcoche y el apartamento.—Sabía que no estabas… Mmm… Bien en ese momento —respondo un poco a trompicones. No meesperaba una disculpa.—No, no estaba bien.—¿Estás mejor ahora? —le pregunto amablemente.—Mucho mejor. Gracias.—¿Sabe tu médico que estás aquí?Niega con la cabeza.Oh.Parece adecuadamente culpable.—Sé que tendré que enfrentarme a las consecuencias de esto más tarde. Pero necesitaba algunas cosas y

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