10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Bueno, ese es el final del cuento.—Menudo cuento…Sonríe nostálgico, pero creo que está aliviado.—¿Qué tal tu cabeza?—¿Mi cabeza?La verdad es que la tengo a punto de explotar por todo lo que acabas de contarme…—¿Te duele?—No.—Bien. Creo que deberías dormir.¡Dormir! ¿Cómo voy a poder dormir después de todo esto?—A dormir —dice categórico—. Lo necesitas.Hago un mohín.—Tengo una pregunta.—Oh, ¿qué? —Me mira con ojos cautelosos.—¿Por qué de repente te has vuelto tan… comunicativo, por decirlo de alguna forma?Frunce el ceño.—Ahora de repente me cuentas todo esto, cuando hasta ahora sacarte información era algo angustioso yque ponía a prueba la paciencia de cualquiera.—¿Ah, sí?—Ya sabes que sí.—¿Que por qué ahora estoy siendo comunicativo? No lo sé. Tal vez porque te he visto casi muerta sobreun suelo de cemento. O porque voy a ser padre. No lo sé. Has dicho que querías saberlo y no quiero queElena se interponga entre nosotros. No puede. Ella es el pasado; ya te lo he dicho muchas veces.—Si no hubiera intentado acostarse contigo… ¿seguiríais siendo amigos?—Eso ya son dos preguntas…—Perdona. No tienes por que decírmelo. —Me sonrojo—. Ya me has contado hoy más de lo que podíaesperar.Su mirada se suaviza.—No, no lo creo. Me parecía que tenía algo pendiente con ella desde mi cumpleaños, pero ahora se hapasado de la raya y para mí se acabó. Por favor, créeme. No voy a volver a verla. Has dicho que ella es unlímite infranqueable para ti y ese es un término que entiendo —me dice con tranquila sinceridad.Vale. Voy a cerrar este tema ya. Mi subconsciente se deja caer en su sillón: «¡Por fin!».—Buenas noches, Christian. Gracias por ese cuento tan revelador. —Me acerco para darle un beso ynuestros labios solo se rozan brevemente, porque él se aparta cuando intento hacer el beso más profundo.—No —susurra—. Estoy loco por hacerte el amor.—Hazlo entonces.—No, necesitas descansar y es tarde. A dormir. —Apaga la lámpara de la mesilla y nos envuelve laoscuridad.—Te quiero incondicionalmente, Christian —murmuro y me acurruco a su lado.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!