10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

mandarle un mensaje a Christian, pero pronto rechazo la idea. Se pondría furioso y me haría volver a casacomo a una niña díscola.—¡No me hables de esa zorra! —exclama Kate.Su reacción me hace reír.—¿Qué te divierte tanto, Steele? —me suelta fingiendo irritación.—Que tengo la misma opinión de ella.—¿Ah, sí?—Sí. No dejaba en paz a Christian.—Creo que tuvo algo con Elliot. —Kate vuelve a hacer lo del mohín.—¡No!Asiente, aprieta los labios y pone el patentado ceño de Katherine Kavanagh.—Fue algo breve. El año pasado, creo. Es una trepa. No me extraña que haya puesto los ojos en Christian.—Pues Christian está pillado. Le dije que le dejara en paz o la despedía.Kate vuelve a mirarme con la boca abierta una vez más, asombrada. Asiente orgullosa y levanta su copa enun brindis, impresionada y sonriente.—¡Por la señora Anastasia Grey! ¡Cuidado con ella! —Y entrechocamos las copas.—¿Elliot tiene algún arma?—No. Está totalmente en contra de las armas —dice Kate revolviendo su <strong>tercer</strong>a copa.—Christian también. Creo que ha sido influencia de Grace y Carrick —le digo. Empiezo a notarme unpoco achispada.—Carrick es un buen hombre —dice Kate asintiendo.—Quería que firmara un acuerdo prematrimonial —murmuro con cierta tristeza.—Oh, Ana. —Estira el brazo sobre la mesa y me coge la mano—. Solo estaba preocupándose por su hijo.Las dos somos conscientes de que siempre vas a llevar el título de cazafortunas tatuado en la frente. —Mesonríe. Yo le saco la lengua y después me río también—. Madure, señora Grey. —Ahora suena comoChristian—. Tú harás lo mismo por tu hijo algún día.—¿Mi hijo? —No se me había ocurrido que mis hijos también van a ser ricos. Demonios. No les va a faltarde nada. Y con nada quiero decir… nada. Tengo que darle unas cuantas vueltas a eso… pero ahora mismono. Miro a Prescott y a Sawyer, que están sentados cerca y nos observan a nosotras y al resto de gente del barcon un vaso de agua mineral con gas cada uno.—¿No crees que deberíamos comer algo? —le pregunto.—No. Deberíamos seguir bebiendo —responde Kate.—¿Por qué tienes tantas ganas de beber?—Porque no te veo todo lo que yo quisiera. No imaginé que te daría tan fuerte y te casarías con el primertipo que te pusiera la cabeza patas arriba. —Repite el mohín—. Te casaste con tanta prisa que creí que estabasembarazada.Suelto una risita.—Todo el mundo pensó lo mismo. Pero no resucitemos esa conversación, por favor. Y además tengo que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!