10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Suena muy filantrópico. ¿Le apasiona la idea de alimentar a los pobres del mundo? —Me mira con unaexpresión curiosa, como si yo fuera un enigma que tiene que resolver, pero no hay forma de que esos grandesojos azules puedan ver mi alma oscura. Eso no es algo que esté abierto a discusión pública. Nunca.—Es un buen negocio. —Me encojo de hombros fingiendo aburrimiento y me imagino follándole la bocapara distraerme de esos pensamientos sobre el hambre. Sí, esa boca necesita entrenamiento. Vaya, eso meresulta atractivo y me permito imaginarla de rodillas delante de mí.—¿Tiene una filosofía? Y si la tiene, ¿en qué consiste? —Vuelve a leer como un papagayo.—No tengo una filosofía como tal. Quizá un principio que me guía… de Carnegie: «Un hombre queconsigue adueñarse absolutamente de su mente puede adueñarse de cualquier otra cosa para la que estélegalmente autorizado». Soy muy peculiar, muy tenaz. Me gusta el control… de mí mismo y de los que merodean.—Entonces quiere poseer cosas… —Sus ojos se abren mucho.Sí, nena. A ti, para empezar…—Quiero merecer poseerlas, pero sí, en el fondo es eso.—Parece usted el paradigma del consumidor. —Su voz tiene un tono de desaprobación que me molesta.Parece una niña rica que ha tenido todo lo que ha querido, pero cuando me fijo en su ropa me doy cuenta deque no es así (va vestida de grandes almacenes, Old Navy o Walmart seguramente). No ha crecido en unhogar acomodado.Yo podría cuidarte y ocuparme de ti.Mierda, ¿de dónde coño ha salido eso? Aunque, ahora que lo pienso, necesito una nueva sumisa. Hanpasado, ¿qué? ¿Dos meses desde Susannah? Y aquí estoy, babeando de nuevo por una mujer castaña. Intentosonreír y demostrar que estoy de acuerdo con ella. No hay nada malo en el consumo; eso es lo que mueve loque queda de la economía americana.—Fue un niño adoptado. ¿Hasta qué punto cree que ha influido en su manera de ser?¿Y eso qué narices tiene que ver con el precio del petróleo? La miro con el ceño fruncido. Qué preguntamás ridícula. Si hubiera permanecido con la puta adicta al crack probablemente ahora estaría muerto. Lerespondo con algo que no es una verdadera respuesta, intentando mantener mi voz serena, pero insistepreguntándome a qué edad me adoptaron. ¡Haz que se calle de una vez, Grey!—Todo el mundo lo sabe, señorita Steele. —Mi voz es gélida. Debería saber todas esas tonterías. Ahoraparece arrepentida. Bien.—Ha tenido que sacrificar su vida familiar por el trabajo.—Eso no es una pregunta —respondo.Vuelve a sonrojarse y se muerde el labio. Pide perdón y rectifica.—¿Ha tenido que sacrificar su vida familiar por el trabajo?¿Y para qué querría tener una familia?—Tengo familia. Un hermano, una hermana y unos padres que me quieren. No me interesa ampliar lafamilia.—¿Es usted gay, señor Grey?¡Pero qué coño…! ¡No me puedo creer que haya llegado a decir eso en voz alta! La pregunta que mi

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!