10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—En el OHSU.Oigo una voz amortiguada por detrás.—Sí, Ros. ¡Lo sé! —grita Christian enfadado—. Perdona, nena… Estaré allí dentro de unas tres horas.Tengo aquí algo entre manos que necesito terminar. Iré en el helicóptero.Oh, mierda. Charlie Tango vuelve a estar en funcionamiento y la última vez que Christian lo cogió…—Tengo una reunión con unos tíos de Taiwan. No puedo dejar de asistir. Es un trato que llevamos mesespreparando.¿Y por qué yo no sabía nada de eso?—Iré en cuanto pueda.—De acuerdo —le susurro. Y quiero decir que no pasa nada, que se quede en Seattle y se ocupe de susnegocios, pero la verdad es que quiero que esté conmigo.—Lo siento, nena —me susurra.—Estaré bien, Christian. Tómate todo el tiempo que necesites. No tengas prisa. No quiero tener quepreocuparme por ti también. Ten cuidado en el vuelo.—Lo tendré.—Te quiero.—Yo también te quiero, nena. Estaré ahí en cuanto pueda. Mantente cerca de Luke.—Sí, no te preocupes.—Luego te veo.—Adiós.Tras colgar vuelvo a abrazarme las rodillas. No sé nada de los negocios de Christian. ¿Qué demoniosestará haciendo con unos taiwaneses? Miro por la ventanilla cuando pasamos junto al aeropuertointernacional King County/Boeing Field. Christian debe tener cuidado cuando vuele. Se me vuelve a hacerun nudo el estómago y siento náuseas. Ray y Christian. No creo que mi corazón pudiera soportar eso. Meacomodo en el asiento y empiezo de nuevo con mi mantra: por favor, que esté bien; por favor, que estébien…—Señora Grey —la voz de Sawyer me sobresalta—, ya hemos llegado al hospital. Estoy buscando la zonade urgencias.—Yo sé dónde está. —Mi mente vuelve a mi última visita al hospital OHSU, cuando, en mi segundo díade trabajo en Clayton’s, me caí de una escalera y me torcí el tobillo. Recuerdo a Paul Clayton cerniéndosesobre mí y me estremezco ante ese imagen.Sawyer se detiene en el espacio reservado al estacionamiento y salta del coche para abrirme la puerta.—Voy a aparcar, señora, y luego vendré a buscarla. Deje aquí su maletín, yo se lo llevaré.—Gracias, Luke.Asiente y yo camino decidida hacia la recepción de urgencias, que está llena de gente. La recepcionista mededica una sonrisa educada y en unos minutos localiza a Ray y me manda a la zona de quirófanos de la<strong>tercer</strong>a planta.¿Quirófanos? ¡Joder!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!