10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Creo que ya le he dicho que prefiero hacer las cosas en persona. Y así aprovecho para visitar a mi tíaabuela, que vive en Portland. Dos pájaros de un tiro… —El rostro de Clark permanece impasible eimperturbable ante el mal humor de mi marido.—Bueno, si hemos terminado, tengo trabajo que hacer. —Christian se levanta y el detective Clark hace lomismo.—Gracias por su tiempo, señora Grey —me dice educadamente. Yo asiento. —Señor Grey —se despide.Christian abre la puerta y Clark se va.Me dejo caer en el sofá.—¿Te puedes creer lo que ha dicho ese gilipollas? —explota Christian.—¿Clark?—No, el idiota de Hyde.—No, no puedo.—¿A qué coño está jugando? —pregunta Christian con los dientes apretados.—No lo sé. ¿Crees que Clark me ha creído?—Claro. Sabe que Hyde es un cabrón pirado.—Estás siendo muy «insultino».—¿Insultino? —Christian sonríe burlón—. ¿Existe esa palabra?—Ahora sí.De repente sonríe, se sienta a mi lado y me atrae hacia sus brazos.—No pienses en ese gilipollas. Vamos a ver a tu padre e intentar convencerle para trasladarle mañana.—No ha querido ni oír hablar de ello. Quiere quedarse en Portland y no ser una molestia.—Yo hablaré con él.—Quiero viajar con él.Christian se me queda mirando y durante un momento creo que va a decir que no.—Está bien. Yo iré también. Sawyer y Taylor pueden llevar los coches. Dejaré que Sawyer se lleve tu R8esta noche.Al día siguiente, Ray examina su nuevo entorno: una habitación amplia y luminosa en el centro derehabilitación del Hospital Northwest de Seattle. Es mediodía y parece adormilado. El viaje, que ha hechonada menos que en helicóptero, le ha agotado.—Dile a Christian que le agradezco todo esto —dice en voz baja.—Se lo puedes decir tú mismo. Va a venir esta noche.—¿No vas a trabajar?—Seguramente vaya ahora. Pero quería asegurarme de que estás bien aquí.—Vete. No hace falta que te preocupes por mí.—Me gusta preocuparme por ti.Mi BlackBerry vibra. Miro el número; no lo reconozco.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!