10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

azul muy pálido y mi guapísimo marido está a unos seis metros, enfrascado en una discusión con un hombre.—El hombre con el que está hablando es el señor Bentley —me dice Mia desde la barra del desayuno.Me giro para mirarla, atraída por su tono de mal humor. Mira venenosamente a Ethan. Oh, vaya… Mepregunto una vez más qué es lo que hay entre ellos. Frunzo el ceño y devuelvo mi atención a mi marido y elseñor Bentley.El marido de la señora Bentley tiene el pelo claro, los ojos oscuros, es delgado y fibroso y va vestido conpantalones de trabajo y una camiseta del Departamento de Bomberos de Aspen. Christian lleva vaquerosnegros y una camiseta. Cuando los dos hombres empiezan a caminar por el césped hacia la casa, sumidos ensu conversación, Christian se agacha para recoger lo que parece una caña de bambú que ha sido arrastrada allípor el viento o desechada de algún parterre. Se para y distraídamente examina la caña como si estuvierasopesando algo y después corta el aire con ella, solo una vez.Oh…Parece que el señor Bentley no ve nada raro en ese comportamiento. Siguen con su discusión, esta vez máscerca de la casa, después se paran otra vez y Christian repite el gesto. La punta de la caña golpea el suelo.Christian levanta la vista y me ve en la ventana. De repente me siento como si le estuviera espiando. Se quedaquiero y yo le saludo un poco avergonzada y me giro para volver a la barra.—¿Qué estabas haciendo? —me pregunta Kate.—Solo miraba a Christian.—Te ha dado fuerte… —dice riendo entre dientes.—¿Y a ti no, futura cuñada? —le respondo sonriendo e intentando apartar la imagen perturbadora deChristian blandiendo la caña.Me quedo perpleja cuando Kate se levanta de un salto y me abraza.—¡Cuñada! —exclama, y es difícil no dejarse arrastrar por su alegría.—Oye, dormilona. —Christian me despierta—. Estamos a punto de aterrizar. Abróchate el cinturón.Cojo el cinturón de seguridad medio dormida e intento abrochármelo torpemente, pero Christian tiene quehacerlo por mí. Me da un beso en la frente antes de volver a acomodarse en su asiento. Yo apoyo la cabezade nuevo en su hombro y cierro los ojos.Una excursión imposiblemente larga y un picnic en la cima de una montaña espectacular me han dejadoexhausta. El resto del grupo también está en silencio. Incluso Mia. Parece algo abatida y lleva así todo el día.Me pregunto cómo estará yendo su campaña con Ethan. Ni siquiera sé dónde durmieron anoche. Mis ojos seencuentran con los suyos y le dedico una sonrisa que dice: «¿Estás bien?». Ella me responde con una brevesonrisa triste y vuelve a su <strong>libro</strong>. Miro a Christian con los ojos entrecerrados. Está trabajando en un contrato oalgo parecido, leyéndolo y haciendo anotaciones en los márgenes. Pero se le ve relajado. Elliot está roncandosuavemente al lado de Kate.Todavía tengo que arrinconar a Elliot y preguntarle por lo de Gia, pero hasta ahora ha sido imposiblepillarle sin Kate. A Christian no le interesa el asunto tanto como para preguntar, lo que me parece irritante,pero no le he presionado; nos lo estábamos pasando demasiado bien. Elliot tiene la mano descansando

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!