10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Eso me recuerda algo —dice contento.—¿Qué? —le pregunto. Cojo la silla y la giro para que quede mirando al espejo que hay sobre el lavabo—.Siéntate —le ordeno. Christian me mira con indulgencia divertida, pero hace lo que le digo y se acomoda enla silla. Empiezo a peinarle el pelo que ya solo tiene un poco húmedo.—Estaba pensando que podríamos reformar las habitaciones que hay encima del garaje en la casa nuevapara que vivan ellos —me explica Christian—. Convertirlo en un hogar. Así tal vez la hija de Taylor podríavenir a quedarse con él más a menudo. —Me observa con cautela a través del espejo.—¿Y por qué no se queda aquí?—Taylor nunca me lo ha pedido.—Tal vez deberías sugerírselo tú. Pero nosotros tendríamos que tener más cuidado.Christian arruga la frente.—No se me había ocurrido.—Tal vez por eso Taylor no te lo ha pedido. ¿La conoces?—Sí, es una niña muy dulce. Tímida. Muy guapa. Yo le pago el colegio.¡Oh! Paro de peinarle y le miro desde el espejo.—No tenía ni idea.Él se encoge de hombros.—Era lo menos que podía hacer. Además, así su padre no deja el trabajo.—Estoy segura de que le gusta trabajar para ti.Christian me mira sin expresión y después se encoje de hombros.—No lo sé.—Creo que te tiene mucho cariño, Christian. —Acabo de peinarle y le miro. Sus ojos no se apartan de losmíos.—¿Tú crees?—Sí.Ríe burlón sin darle importancia, pero suena satisfecho, como si se alegrara en el fondo de caerle bien a supersonal.—Entonces, ¿le dirás a Gia lo de las habitaciones sobre el garaje?—Sí, claro. —Ya no siento la misma irritación que antes cuando menciona su nombre. Mi subconscienteasiente satisfecha. Sí, hoy lo hemos hecho bien. La diosa que llevo dentro se regodea. Ahora dejará en paz ami marido y así no le hará sentir incómodo.Ya estoy preparada para cortarle el pelo a Christian.—¿Estás seguro? Es tu última oportunidad de echarte atrás.—Hágalo lo peor que sepa, señora Grey. Yo no tengo que verme; usted sí.Le sonrío.—Christian yo podría pasarme el día mirándote.Niega con la cabeza, exasperado.—Solo es una cara bonita, nena.—Y detrás de esa cara hay un hombre muy bonito también. —Le doy un beso en la sien—. Mi hombre.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!