10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Bien —susurra—. Levanta las manos. —No puedo apartar la vista de sus ojos hipnóticos. Hago lo queme dice. Christian me echa un líquido aceitoso en cada palma de un pequeño botecito de color claro. Ellíquido desprende un olor intenso, almizclado y sensual que no soy capaz de identificar—. Frótatelas. —Merevuelvo por el efecto de su mirada penetrante y ardiente—. No te muevas —me ordena.Oh, Dios mío…—Ahora, Anastasia, quiero que te toques.Madre mía.—Empieza por la garganta y ve bajando.Dudo.—No seas tímida, Ana. Vamos. Hazlo. —Son evidentes el humor y el desafío de su expresión, además deldeseo.La voz infantil canta que no hay nada dulce en ella. Pongo las manos sobre mi garganta y dejo que vayanbajando hasta la parte superior de mis pechos. El aceite hace que se deslicen fácilmente por mi piel. Tengo lasmanos calientes.—Más abajo —susurra Christian a la vez que se oscurecen sus ojos. No me está tocando.Me cubro los pechos con las manos.—Tócate.Oh, Dios mío. Tiro con suavidad de mis pezones.—Más fuerte —me ordena Christian. Está sentado inmóvil entre mis muslos, solo mirándome—. Como loharía yo —añade, y sus ojos muestran un brillo oscuro.Los músculos del fondo de mi vientre se tensan. Gimo en respuesta y tiro con más fuerza de mis pezonessintiendo cómo se endurecen y se alargan bajo mis dedos.—Sí. Así. Otra vez.Cierro los ojos y tiro fuerte, los hago rodar y los pellizco con los dedos. Gimo de nuevo.—Abre los ojos.Parpadeo para mirarle.—Otra vez. Quiero verte. Ver que disfrutas tocándote.Oh, joder. Repito el proceso. Esto es tan… erótico.—Las manos. Más abajo.Me retuerzo.—Quieta, Ana. Absorbe el placer. Más abajo. —Su voz es baja y ronca, tentadora y seductora.—Hazlo tú —le susurro.—Oh, lo haré… pronto. Pero ahora tú. Más abajo. —Christian se pasa la lengua por los dientes, un gestoque irradia sensualidad. Madre mía… Me retuerzo y tiro de los cinturones que me atan.Él niega con la cabeza lentamente.—Quieta. —Apoya las manos en mis rodillas para que no me mueva—. Vamos, Ana… Más abajo.Mis manos se deslizan por mi vientre.—Más abajo —repite, y es la sensualidad personificada.—Christian, por favor.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!