10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cuero, cada codo sujeto a una rodilla, y la cabeza de Christian se mueve entre mis piernas y su lengua expertame excita sin tregua. Abro los ojos y miro el techo del dormitorio, que está bañado por la suave luz de últimahora de la tarde, sin verlo realmente. Su lengua gira una y otra vez, haciendo espirales y rodeando el centro demi universo. Quiero estirar las piernas. Lucho en vano por intentar controlar el placer. Pero no puedo. Cierrolos dedos en su pelo y tiro con fuerza para que detenga esta tortura sublime.—No te corras —me advierte con el aliento suave sobre mi carne cálida y húmeda mientras ignora misdedos—. Te voy a azotar si te corres.Gimo.—Control, Ana. Es todo cuestión de control. —Su lengua retoma la incursión erótica.Oh, sabe muy bien lo que está haciendo… Estoy indefensa, no puedo resistirme ni detener mi reacciónciega. Lo intento, lo intento con todas mis fuerzas, pero mi cuerpo explota bajo sus incesantes atenciones.Aun así su lengua no para hasta arrancar hasta el último gramo de placer que hay en mí.—Oh, Ana —me regaña—, te has corrido. —Su voz es suave al echarme esa reprimenda triunfante. Megira para que quede boca abajo y yo me apoyo en los antebrazos, aún temblorosa. Me da un azote fuerte en elculo.—¡Ah! —grito.—Control —repite. Y me coge las caderas para hundirse en mi interior.Vuelvo a gritar; mi carne todavía se convulsiona por las consecuencias del orgasmo. Se queda muy quietodentro de mí y se inclina para soltarme primero una esposa y después la otra. Me rodea con el brazo y tira demí hasta sentarme en su regazo. Tiene el torso pegado a mi espalda y la mano apoyada bajo mi barbilla ysobre la garganta. Me siento llena y eso me encanta.—Muévete —me ordena.Gimo y subo y bajo sobre su regazo.—Más rápido —me susurra.Y me muevo más rápido y después más. Él gime y me echa atrás la cabeza con la mano paramordisquearme el cuello. Su otra mano va bajando por mi cuerpo lentamente, desde la cadera hasta el sexo ydespués se desliza hasta mi clítoris, que todavía está muy sensible por sus generosas atenciones de antes.Suelto un gemido largo cuando sus dedos se cierran sobre él y empieza a excitarlo de nuevo.—Sí, Ana —me dice en voz baja al oído—. Eres mía. Solo tú.—Sí —jadeo cuando mi cuerpo empieza a tensarse de nuevo, apretándole y abrazándole de la forma másíntima.—Córrete para mí —me pide.Yo me dejo llevar y mi cuerpo obedece su petición. Me agarra mientras el orgasmo me recorre el cuerpo ala vez que grito su nombre.—Oh, Ana, te quiero.Christian gime y sigue el camino que yo acabo de abrir. Se hunde en mí y llega también a la liberación.Me da un beso en el hombro y me aparta el pelo de la cara.—¿Esto también va a formar parte de esa lista, señora Grey? —me susurra. Yo estoy tumbada boca abajo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!