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tercer libro Cincuenta sombras liberadas

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la follaré antes de matarla».Vuelve el señor Whelan con la cara pálida, avergonzado.—¿Señora Grey? Su marido quiere hablar con usted —murmura, y señala el teléfono que hay sobre lamesa de cristal.¿Qué? No…—Está en la línea uno. Solo tiene que pulsar el botón. Esperaré fuera. —Por lo menos tiene la decencia deparecer avergonzado. La traición de Benedict Arnold no fue nada comparada con la de Whelan. Le miro conel ceño fruncido mientras sale del despacho, sintiendo que la sangre abandona mi cara.¡Mierda, mierda, mierda! ¿Qué le voy a decir a Christian? Él lo va a saber. Intervendrá. Y pondrá enpeligro a su hermana. Me tiembla la mano cuando la acerco al teléfono. Me lo apoyo contra la oreja, tratandode calmar mi errática respiración, y pulso el botón de la línea uno.—Hola —susurro intentando en vano calmar mis nervios.—¿Vas a dejarme? —Las palabras de Christian son un susurro agónico casi sin aliento.¿Qué?—¡No! —Mi voz suena igual que la suya. Oh, no. Oh, no. Oh, no. ¿Cómo puede pensar eso? ¿Por eldinero? ¿Cree que voy a dejarle por el dinero? Y en un momento de horrible clarividencia me doy cuenta deque la única forma de mantener a Christian a distancia, a salvo, y de salvar a su hermana… es mentirle.—Sí —susurro. Y un dolor insoportable me atraviesa y se me llenan los ojos de lágrimas.Él da un respingo que es casi un sollozo.—Ana, yo… —dice con voz ahogada.¡No! Me tapo la boca con la mano mientras reprimo las emociones encontradas que siento.—Christian, por favor. No. —Lucho por contener las lágrimas.—¿Te vas? —pregunta.—Sí.—Pero ¿por qué el dinero? ¿Por qué siempre es el dinero? —Su voz torturada es apenas audible.¡No! Empiezan a rodarme lágrimas por la cara.—No —susurro.—¿Y cinco millones es suficiente?¡Oh, por favor, para!—Sí.—¿Y el bebé? —Su voz es un eco sin aliento.¿Qué? Mi mano pasa de mi boca a mi vientre.—Yo cuidaré del bebé —susurro. Mi pequeño Bip… nuestro pequeño Bip.—¿Eso es lo que quieres?¡No!—Sí.Inspira bruscamente.—Llévatelo todo —dice entre dientes.—Christian —sollozo—. Es por ti. Por tu familia. Por favor. No.

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