10.07.2015 Views

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

tercer libro Cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¿Quieres quedarte?Ladea la cabeza con expresión divertida.—Eres un hijo de puta pervertido. Vete. No quiero que me veas hacer pis. Eso es demasiado.Me pongo de pie y le echo del baño.Cuando salgo del baño ya se ha cambiado y solo lleva los pantalones del pijama. Mmm… Christian enpijama. Hipnotizada, le miro el abdomen, los músculos, el vello que baja desde su ombligo. Me distrae. Él seacerca a mí.—¿Disfrutando de la vista? —me pregunta divertido.—Siempre.—Creo que está un poco borracha, señora Grey.—Creo que, por una vez, tengo que estar de acuerdo con usted, señor Grey.—Déjame ayudarte a salir de esa cosa tan pequeña que llamas vestido. Debería venir con una advertenciade seguridad…Me da la vuelta y me desabrocha el único botón que tiene en el cuello.—Estabas tan furioso… —susurro.—Sí, lo estaba.—¿Conmigo?—No. Contigo no —me dice dándome un beso en el hombro—. Por una vez.Sonrío. No estaba furioso conmigo. Eso es un progreso.—Es un buen cambio.—Sí, lo es.Me da un beso en el otro hombro y tira del vestido para bajarlo por mi culo hasta que cae al suelo. Me quitalas bragas al mismo tiempo y me deja desnuda. Levanta la mano y me la tiende.—Sal —me ordena y yo doy un paso para salir del vestido, agarrándole la mano para mantener elequilibrio.Se agacha, recoge el vestido y lo tira junto con las bragas a la silla donde ya está el trench de Mia.—Levanta los brazos —me dice en voz baja.Me pone su camiseta por la cabeza y tira hacia abajo para cubrirme. Ya estoy lista para ir a la cama.Me atrae hacia sus brazos y me da un beso. Su aliento mentolado se mezcla con el mío.—Por mucho que me gustaría enterrarme en lo más profundo de usted, señora Grey… Ha bebidodemasiado y estamos a casi dos mil quinientos metros. Además no dormiste bien anoche. Vamos. A la cama.—Retira la colcha para que pueda acostarme, luego me arropa y me da otro beso en la frente—. Cierra losojos. Cuando vuelva a la cama, espero que estés dormida. —Es una amenaza, una orden… es Christian.—No te vayas —le suplico.—Tengo que hacer unas llamadas, Ana.—Es sábado y es tarde. Por favor.Se pasa las manos por el pelo.—Ana, si me meto en la cama contigo ahora, no vas a poder descansar nada. Duerme. —Está siendo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!