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La bruja negra

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Sonríe.

—No tienes que preocuparte por ellos cuando hayan cruzado la frontera. Está

hechizada. Las fuerzas militares de Verpacia son increíbles y cuentan con el apoyo de

las hechiceras vu trin. Tú también estarás a salvo allí. Y lo estás ahora. Los ícaros son

débiles. Les amputamos las alas hace mucho tiempo. Los guardias de tu tía y yo te

acompañaremos hasta la universidad, y ya hemos avisado al rector de lo que ha

ocurrido.

Me empieza a palpitar la muñeca. Me duele mucho el brazo y le doy la vuelta

para ver la herida: la tengo llena de arañazos justo por donde me agarró la criatura.

Espero que Lukas demuestre algo de compasión.

Me coge de la muñeca con sorprendente delicadeza. Me mira a los ojos y adopta

una expresión dura.

—Tienes suerte —dice—. Te quedará una cicatriz que te recordará para siempre

que debes estar preparada. Son heridas de guerra, Elloren.

—¿Por qué eres tan desagradable? —gimoteo apartando la muñeca.

—Porque —dice sonriendo mientras se apoya en los brazos de mi silla—, ¡tú no

necesitas que te consientan!

—¡Tú no me conoces!

Niega con la cabeza y respira hondo.

—Te equivocas —contesta bajando el tono.

Se levanta, y veo la franja de sangre horizontal que le recorre el pecho de la

túnica y algunos mechones de pelo pegados a la frente. Los dos estamos mojados,

sudados y olemos a sangre. Me viene a la cabeza la imagen de Lukas matando al

demonio ícaro y mi ira se desvanece.

«Me ha salvado la vida».

Lukas me tiende la mano y alargo el brazo para aceptarla.

—Tú estás por encima de esto, Elloren —me dice con firmeza mientras me ayuda

a levantarme.

Levanto la vista para mirarlo a los ojos.

—Yo no soy la Bruja Negra, Lukas.

Suspira y me mira con resignación. Solo dice:

—Vamos.

Algunas horas después estoy en un carruaje con Lukas, camino a Verpacia, y los dos

llevamos ropa limpia y seca.

—Lukas te protegerá —me tranquilizó mi tía cuando estábamos en su mansión

mientras les ordenaba a las sirvientes uriscas que metieran todas mis cosas en mi

arcón de viaje, además de llenar otro arcón con equipamiento que me ha dado ella—.

Estarás más segura en Verpacia. En especial si estás al cuidado de Lukas.

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