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La bruja negra

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Por la cara que pone enseguida me doy cuenta de que está igual de sorprendido de

verme allí.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto esforzándome para mantener la

compostura ante su evidente hostilidad.

—Yo vivo aquí —me contesta con sarcasmo.

Asombrada, pero sin inmutarme, intento mirar por encima de su hombro hacia el

fondo de la habitación.

—¿Dónde están mis hermanos?

Pero no me contesta, se limita a fulminarme con la mirada.

—Si es aquí donde viven mis hermanos necesito dejar mi violín —explico con

irritación levantando el estuche del instrumento.

—¿Tu violín? —pregunta con desprecio, como si yo hubiera dicho algo ofensivo.

—Para que las ícaras con las que me obligan a vivir no lo quemen —comento con

sequedad intentando ignorar lo exasperantemente guapo que es.

Aprieta los dientes y clava en mí su intensa mirada verde.

—¿Puedo dejarlo aquí, por favor? —pregunto al fin exhausta.

Yvan abre la puerta con recelo, me mira con odio y después me da la espalda para

ir hacia el gran escritorio iluminado por una lamparita. Sobre la mesa hay varios

libros de medicina abiertos y una redacción a medias.

Reconozco las cosas de mi hermano y deslizo el violín debajo de su cama.

—Gracias por tu hospitalidad —le digo a la espalda de Yvan mirándolo mal ahora

que sé que no puede verme. Después salgo de la habitación y cierro de un portazo.

ϒ

Cuando salgo de la residencia, veo a Lukas apoyado en un árbol, escondido entre las

sombras.

—Ya veo que ayer por la noche te pusiste dura.

Su voz es suave como la seda y rebosa una cálida aprobación.

Me detengo delante de él esperando a que pase la sorpresa. Me cuesta

distinguirlo, lo único que refleja la luz de la luna es la empuñadura de su espada y el

broche de su capa. Cuando mis ojos se acostumbran a la oscuridad apenas consigo

distinguir el sutil brillo de su piel.

—Pues sí —contesto muy tranquila.

—¿Y? ¿Las ícaras ya te tienen miedo?

—Sí.

—Bien.

Se separa del árbol y se acerca a mí.

Yo reculo y levanto las manos para frenarlo.

—Oh, no. Tengo que alejarme de ti.

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