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La bruja negra

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—¿Por qué queréis ayudarme a liberar el dragón? —Nos mira a todos—. Ni

siquiera estoy seguro de que se pueda hacer. Y aunque así sea…

—Es una idea muy peligrosa —interviene Andras con aspereza dejando la piedra

de afilar—. No sé si puedo formar parte de algo así. —Gesticula con la barbilla en

dirección a la punta de fecha—. Pero os ayudaré a intentar romper ese acero. Es

posible que llegue un momento en que volar en un dragón pueda ayudar a mucha

gente. —Sus ojos oscuros interpelan a Yvan—. Y mi pueblo no soporta que nadie

enjaule criaturas salvajes. —Guarda silencio un momento—. Siempre he querido ver

un dragón salvaje. He oído que son magníficos.

—Lo son —le confirma Yvan con emoción en la voz.

—Le echaré un vistazo a tu dragón, celta —le dice Andras a Yvan—. Y después

decidiré si quiero ayudar a la bestia.

Yvan le lanza una mirada sombría a Andras y después se fija en Diana.

—Jarod y yo también odiamos que metan en jaulas a los animales salvajes —

anuncia Diana con vehemencia, cruzada de brazos—. Todos los lupinos lo odian. —

Asiente en mi dirección—. Y Elloren Gardner nos ha pedido ayuda. Así que te

ayudaremos a liberar a tu dragón, Yvan Guriel.

—¿Y tú, Rafe? —pregunta Yvan—. ¿Por qué quieres actuar en contra de los

tuyos?

Rafe sonríe y enseña todos los dientes.

—Pues no lo sé, Yvan. Porque Marcus Vogel es un imbécil y los gardnerianos

están empezando a cabrearme. ¿Qué hay de ti, Trystan?

Trystan solo nos está prestando atención a medias porque está muy concentrado

en la varita, con la que corta el aire mediante pequeños giros.

—Son un poco creídos, sí —comenta distraídamente.

—No me importaría que les faltara un dragón militar —comenta Rafe.

—Nunca sabes cuándo te puede venir bien tener un dragón militar —concede

Trystan.

Rafe se ríe.

—Es bien cierto.

—Empezaré con el hechizo de fuego más débil que sé hacer e iré aumentando la

dificultad —anuncia Trystan apuntando con la varita y levantando la otra mano por

encima de la cabeza con elegancia.

—¿Cuál? ¿El que se utiliza para encender velas? —se pregunta Rafe.

—Ese mismo —contesta Trystan.

—Illumin… —Trystan recita las palabras del hechizo de memoria. Luego agita la

varita en dirección al acero.

Un destello naranja sale disparado de la punta de la varita con tanta fuerza que

tira de espaldas a Trystan. Yo me estremezco y por poco me caigo de la roca cuando

el destello impacta con la punta de la flecha élfica y convierte el tronco sobre el que

está posada en una bola en llamas.

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