23.12.2020 Views

La bruja negra

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Oh, santísimo Gran Ancestro. Se me acelera el corazón. La tía Vyvian…

«Todo el mundo tiene un punto débil, Elloren. No me obligues a buscar el tuyo».

—Todavía no puedo comprometerme —digo, pero mi seguridad empieza a

flaquear.

—En ese caso supongo que tendremos que encontrar la forma de aceptar la

situación —contesta sin ninguna compasión.

La desesperación se apodera de mí.

—Se lo voy a decir a mi tío.

Me mira con astucia.

—Tu tía también me ha pedido que te informe de que tu tío se ha puesto enfermo.

Dijo que es algo de corazón.

Me quedo conmocionada.

—¿Qué? —Casi no puedo ni hablar. ¿Cómo es posible que mi tía me haya

ocultado una cosa así?—. ¿Está bien? ¿Cuánto tiempo lleva enfermo?

—Bueno, parece que se recuperará pronto —me explica con despreocupación—.

Un médico del pueblo se está ocupando de él, pero tu tía piensa que para él sería muy

estresante preocuparse por todo esto.

Me mira fijamente y espera a que yo asimile toda la información.

Me la quedo mirando mientras mi tristeza se va transformando lentamente en una

ardiente bola de ira blanca.

—Pues hablaré con el rector —afirmo con dureza.

Ella hace un ruidito desdeñoso.

—El rector no se preocupa por estas nimiedades. Además, tu tía ya ha hablado

con la vicerrectora sobre tu alojamiento. Me parece que pronto descubrirás que todo

el mundo está de acuerdo con la presente disposición.

O sea que ya está.

No puedo marcharme de la universidad de Verpax porque corro el riesgo de morir

asesinada por un ícaro demoníaco, monstruoso y sin alas, y no me queda más

alternativa que vivir con dos ícaras demoníacas, monstruosas y con alas y trabajar en

un lugar donde mis compañeras quieren romperme los brazos y las piernas.

O puedo presionar a mi tío enfermo para que me permita comprometerme en

contra de sus deseos, con un chico al que apenas conozco.

Me levanto un tanto vacilante; estoy tan enfadada que he empezado a temblar.

—Gracias por reunirse conmigo. Ahora lo tengo todo mucho más claro.

—No hay de qué —contesta sin molestarse en levantarse—. Por favor, no dudes

en ponerte en contacto conmigo si necesitas más ayuda.

Me doy la vuelta sobre mis piernas inestables para marcharme.

—Ah, Maga Gardner —dice con amabilidad, y me paro en seco—. ¿Qué le digo a

su tía si me pregunta cómo está? Ella puede trasladar la respuesta a su tío.

Me vuelvo de nuevo hacia ella y me trago mis lágrimas de rabia. Me pongo

derecha y la miro directamente a los ojos.

Página 147

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!