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La bruja negra

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paso. Ellos y los guardianes vu trin de la frontera. —Lukas sonríe—. Y las hechiceras

vu trin.

Miro a Lukas sorprendida por la seguridad con la que habla sobre los mestizos y

las hechiceras. Y el tono tan agradable con el que habla de ellos. La mayoría de

gardnerianos desconfían tanto de los mestizos como los elfos alfsigr. Es

comprensible, casi nos aniquilan en varias ocasiones. Es normal que queramos

mantener nuestra raza pura e intacta.

A nuestro alrededor, los soldados elfhollen se enfrentan a la lluvia helada para

registrar los carros: miran por debajo de las lonas, abren barriles, interrogan a los

conductores. Algunos de los soldados van acompañados de unas mujeres vestidas de

negro muy bien armadas, con el pelo y los ojos tan oscuros como sus uniformes. En

las prendas llevan prendidas unas runas de color azul brillante tan bonitas que no

puedo dejar de mirarlas.

—¿Son soldados vu trin? —le pregunto a Lukas fascinada por el aspecto letal de

esas mujeres y sus runas brillantes.

Lukas asiente mirándolas con respeto.

—Son invitadas. Ellas controlan los pasos occidental y oriental de la Cordillera.

Su presencia aquí es el resultado del acuerdo al que se llegó cuando finalizó la Guerra

del Reino.

—Me resulta extraño —digo asombrada de ver las espadas curvas que las vu trin

llevan colgadas de la cintura y las hileras de estrellas ninja que llevan prendidas al

pecho—. Mujeres soldado.

A Lukas parece divertirle mi comentario.

—Los hombres de su raza no tienen poderes. Pero créeme cuando te digo que las

mujeres lo compensan.

Una vu trin alta gesticula con expresión seria para hacer parar a un grupo de

celtas que se acercan a caballo. Tiene las mangas del uniforme llenas de marcas

brillantes de color azul. Otra vu trin más bajita, que solo lleva marcas en una manga,

registra las alforjas de los celtas.

—¿Qué están buscando? —me pregunto.

—Contrabando.

—¿De qué?

Lukas se encoge de hombros.

—Armas, alcohol… incluso dragones de las profundidades.

Lo del alcohol no me sorprende. Nuestra religión lo prohíbe y es ilegal en

Gardneria. Hay varios pasajes de El Libro de la Antigüedad que hablan sobre los

males de la embriaguez. Pero me asombra cuando le oigo mencionar a los dragones.

—¿Dragones de las profundidades?

—Son una clase de dragones especialmente feroces —explica Lukas—. Se

utilizan como armas. Y hay quien los tiene por diversión. —Deja de mirar por la

ventana para mirarme a mí—. Son dragones puros. Esos no cambian de forma.

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