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La bruja negra

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disparada hacia la diana.

Me estremezco cuando la lanza se clava en la diana con un crujido ensordecedor

y a continuación la diana estalla formando una enorme bola de fuego blanco,

mientras una serie de lanzas más pequeñas se clavan en las demás dianas de la fila y

las hacen añicos.

Una nube de nieve helada se posa sobre la hilera de dianas destrozadas y se hace

el silencio.

—¡Final! —aúlla el juez de la prueba—. ¡Gana Maga Fallon Bane!

Los gardnerianos la vitorean y algunos cadetes empiezan a cantar nuestro himno

nacional con escandalosos gritos desentonados.

Pierdo el poco valor que me quedaba. Me alejo del alboroto de la muchedumbre y

me tambaleo hasta un árbol que veo a lo lejos. Me dejo caer en la húmeda hierba a la

sombra de las ramas, apoyo mi cabeza soñolienta en las manos y me echo a llorar.

—Elloren.

Me sobresalto cuando noto el contacto de una mano en el hombro. Levanto la

cabeza y me encuentro con Aislinn y Echo en cuclillas junto a mí con expresiones de

sorpresa y preocupación.

No sé qué decir. Todo es demasiado horrible.

—¿Qué ha pasado? —pregunta Aislinn—. Hemos estado buscándote por todas

partes. Cuando no has aparecido a la hora del desayuno, hemos empezado a

preocuparnos. —Alarga el brazo para tocarme la cara con delicadeza, con el ceño

fruncido—. Cielos, Elloren. Estás herida. ¿Alguien te ha pegado?

Las dos se sientan en la hierba a mi lado y les cuento entre patéticos sollozos lo

que me ha pasado con las ícaras y las trabajadoras de la cocina.

Aislinn niega con la cabeza.

—No puedo creer que tu tía sea tan cruel.

—Es una prueba, Elloren —me informa Echo con seriedad.

—Ya sé que es una prueba —contesto arrancando puñados de hierba muy

nerviosa—. Para ver cuánto aguanto antes de ceder y comprometerme con un chico

que apenas conozco.

—No —dice Echo con los ojos muy abiertos y rebosantes de seguridad—. Es una

prueba que te manda el Gran Ancestro. Eres descendiente de Carnissa Gardner, y hay

un motivo por el que te pareces tanto a ella. Estás destinada a descender a este pozo

de maldad, igual que Fain en El Libro. Él tuvo que enfrentarse a toda clase de males e

infortunios, ¿recuerdas? Pero todo era una prueba. Fain se mantuvo fiel, y al final

prevaleció y el Gran Ancestro le recompensó. Tú también estás destinada a

enfrentarte a los malignos. ¡Y prevalecerás!

—Yo no soy la Bruja Negra, Echo —señalo limpiándome las lágrimas—. Soy una

maga de nivel uno. ¿Cómo se supone que voy a derrotar a esos ícaros?

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