23.12.2020 Views

La bruja negra

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Andras debe de percibir mi sorpresa.

—¿No lo sabías?

Niego con la cabeza y suspiro con desdén. «Justo cuando pensaba que la tía

Vyvian no podía ser peor…». Me siento en la bala de paja que tengo detrás y me

masajeo las sienes doloridas. El mundo es mucho peor de lo que había imaginado. Y

la crueldad de tía Vyvian es devastadora.

La cola de la yegua hace un sonido sibilante cada vez que el animal la agita de un

lado a otro, y una brisa gélida se cuela en el establo desde el exterior. Miro hacia las

colinas teñidas de tonos violetas con una alfombra de brillantes alerces amarillos.

—Esto es muy bonito —comento.

Andras mira el paisaje y asiente.

—Es como otro mundo —reflexiono—. Me recuerda a mi hogar. —Levanto una

mano para tapar la ciudad universitaria, que desde aquí se ve muy pequeña—. Es casi

como si pudiera fingir que la universidad no existe.

—A veces intento hacerlo —admite.

Me vuelvo para mirarle.

—¿No te gusta estar aquí?

Niega con la cabeza.

—Antes mi madre y yo vivíamos en las afueras de Celtania occidental. Y lo

prefería.

—Ah —contesto con suavidad, por un momento no sé qué decir. Entonces mis

ojos tropiezan con los diseños intrincados de su túnica—. Tus runas —observo un

tanto vacilante—. Brillan.

Agacha la cabeza para mirar las marcas y asiente.

—Son runas amaz. Una mezcla de varios sistemas de runas diferentes. Potencian

nuestro poder…

Andras se calla de golpe, mira algo por detrás de mí y se pone tenso.

Me vuelvo y veo a la madre de Andras, la profesora Volya, plantada en la puerta

del establo. El miedo se apodera de mí. ¿Cuánto tiempo lleva ahí? ¿Nos habrá oído?

Lo veo en el perspicaz rostro de Andras: sí que nos ha oído. Se me acelera el

corazón.

—Madre —la saluda Andras con la voz grave.

—Hijo —contesta ella con sequedad.

Nos quedamos todos mirándonos durante un buen rato, el silencio es espeso e

incómodo.

—Maga Gardner —dice al fin la profesora Volya clavándome sus afilados ojos

negros—. Acabo de recibir una visita muy inquietante de la comandante vu trin de la

zona y del conserje de Verpax. Por lo visto su selkie ha desaparecido.

Me la quedo mirando como si fuera una cierva hechizada por una luz.

Ella se sienta en la bala de paja sin dejar de mirarme. Lo hace igual que un

hombre: con las piernas abiertas y cruzada de brazos.

Página 356

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!