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La bruja negra

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Me desplomo en la silla sintiéndome hundida. No hay nada que hacer. Todo el

mundo sabe más que yo. Muchas además cuentan con la ventaja de tener poderes, y

todo el mundo parece ser amigo o temer a Fallon Bane.

Me quedo allí sentada y muy desmoralizada observando trabajar a Tierney.

—Espero que te comprometas con Lukas —comenta Tierney mientras remueve el

líquido púrpura y ajusta la llama un milímetro. Habla tan flojito que estoy convencida

de que no la he entendido bien.

Me inclino hacia ella desconcertada.

—Perdona. ¿Qué has dicho?

Tierney mide la cantidad correcta de aceite de cardo y la agrega al líquido, y el

profundo color púrpura se convierte en añil y emana un olor acre a limón.

—Espero que Fallon llegue a veros juntos —susurra mientras remueve la

preparación—, y espero que eso le destroce el poco corazón que quede en su malvado

cuerpo.

La miro parpadeando muy confusa y sin habla.

Ella me ignora y sigue trabajando de forma metódica y eficiente, pesando los

ingredientes y reajustando la intensidad de las llamas.

—No me he presentado como es debido, soy una maleducada —le digo

tendiéndole la mano muy sorprendida—. Me llamo Elloren Gardner. Algo que,

evidentemente, ya sabes.

Ella me mira con incredulidad. No me estrecha la mano, pero se mueve un poco,

como si hubiera decidido compartir parte de su telaraña.

—Tú preparas los polvos —me dice de mala gana—. Y yo me ocupo de vigilar el

destilado.

Me pongo a trabajar y comienzo machacando raíz de burdana en un mortero de

piedra, y enseguida la reduzco a polvo.

Cuando termina la clase me quedo un rato limpiando los alambiques con un

cepillito y enseguida acabo con las manos aceitosas. Me ruge el estómago, lo que se

suma a la tensión que ya siento en esa parte del cuerpo, y el cansancio me empieza a

pasar factura. Nunca había dormido tan poco, y me estoy poniendo de mal humor.

Levanto la cabeza cuando alguien me pone delante un frasco tapado con un

corcho.

—Linimento de hidrastis —anuncia Tierney señalando el frasco, y después se

señala la mejilla hundida con el ceño fruncido—. Te curará el moretón de la cara.

Parpadeo sorprendida.

—Gracias.

Suelta una carcajada contrayendo su feúcho rostro.

—No lo hago porque me caigas bien —dice con tono burlón—. Solo quiero que

estés guapa. Más guapa que ella. —Tierney adopta una expresión oscura—. Quiero

que pierda. La odio. Y quiero que consigas a Lukas Grey.

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