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La bruja negra

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lanzándome miradas amenazantes mientras avanzan. Me siento aplastada bajo la

fuerza de su odio y miro a Lukas. Él no parece nada impresionado.

—No me gusta andarme por las ramas —comenta Lukas con sequedad—, así que

será mejor que vayamos al grano, ¿de acuerdo? Iris Morgaine. Tengo entendido que

tus padres siguen siendo granjeros.

Miro a Lukas sorprendida. ¿Adónde quiere llegar con esto?

Iris también parece afectada por el giro inesperado de la conversación y frunce un

poco el ceño mirando a Lukas confundida.

—Sí —contesta con recelo.

—¿Y tienen la granja en la frontera con Gardneria? —prosigue Lukas.

—Sí.

—Me parece que está justo al lado del campamento militar de Essex, ¿no?

—Sí.

Todos están igual de confusos. Todos menos Fernyllia e Yvan, claro, pues la

primera parece completamente aterrorizada y el otro más enfadado a cada segundo

que pasa.

—Estoy convencido de que estarás al corriente de que la ubicación de la frontera

en ese punto es un tema de disputa continuo entre tu gobierno y el nuestro —prosigue

Lukas.

Iris aguarda en silencio con cara de miedo.

Lukas sigue hablando mientras la mira fijamente.

—Sería una lástima que nuestros militares decidieran requisar las tierras de tus

padres. También sería una pena que alguien cometiera un error durante algún

ejercicio de entrenamiento y disparara a la granja de tus padres… por accidente,

claro. Por suerte esta clase de cosas son muy raras, pero ocurren de vez en cuando.

Iris abre la boca como si quisiera decir algo, pero no le sale ningún sonido. A

Lukas parece divertirle su desconcierto.

Siento una fría incomodidad en la nuca.

—Informaré a mi padre, Lachlan Grey, comandante mayor de las Fuerzas

Militares de Gardneria, de la situación exacta de la casa de tus padres para

asegurarme de que no ocurra ningún incidente tan desafortunado.

—Gracias —consigue decir al fin Iris con la voz temblorosa y la seguridad por

los suelos—. Gracias, señor.

Lukas asiente satisfecho con su respuesta, y se vuelve hacia Bleddyn.

—Y tú, Bleddyn Arterra. Tu madre trabajaba en las islas Fae.

Bleddyn lo mira entornando los ojos, le palpita una vena de la sien y tiene el

rostro y el cuerpo rígidos de la tensión. Es evidente que le gustaría pegarnos y que se

está esforzando por controlar la rabia.

—Ha estado enferma, ¿verdad? —la pincha Lukas.

Bleddyn no dice nada, pero se le contrae la comisura del labio y a sus ojos asoma

una mirada asesina.

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