23.12.2020 Views

La bruja negra

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

solemnes y dolidas. Reciben los abrazos de personas que les desean lo mejor mientras

ponen cara de preocupación. Busco a más miembros de la familia hasta que

encuentro a Shane, el hermano mayor de Sage. Está en el otro extremo de las mesas

de comida, al lado de otro de los helechos, vestido con su uniforme de soldado y

fulminando a la gente con la mirada.

Paige cubre mi mano con la suya a modo de advertencia.

—Elloren, no puedes decir su nombre. Y no deberías hablar con ellos. Ha

ocurrido algo terrible…

—Ya lo sé —le digo—. Lo sé todo. Pero no lo entiendo. ¿Por qué no puedo decir

su nombre?

Paige traga saliva mientras mira a los Gaffney con inquietud.

—La han desterrado.

—¿La han desterrado? —Me pongo pálida y me quedo boquiabierta. Es un ritual

para repudiar a alguien. Como un funeral. Está reservado a aquellos cuyas acciones

son tan terribles que su existencia debe ser borrada para poder restaurar el honor y la

pureza de su familia—. Pero… mi tía me dijo que estaban intentando ayudarla.

Paige mira a la familia de Sage con expresión triste.

—Imagino que ella no quería que la ayudaran.

Recuerdo lo furiosa que estaba Sage. Dar a luz a un demonio ícaro volvería loco a

cualquiera. Me viene a la cabeza una imagen y veo a Sage haciéndome coronas de

lazos y flores cuando yo era una niña. La veo jugando con sus cabritas. Y después, ya

de adolescentes, enseñándome a bordar diseños intrincados. Nos sentábamos bajo el

enorme roble que está a medio camino entre su casa y mi cabaña, y nos pasábamos la

tarde cosiéndonos flores en el dobladillo de las faldas. Siempre la admiré por su

serena elegancia y sus habilidades artísticas.

Dejo el plato en una mesa.

—Voy a hablar con su hermano.

Paige se inquieta. Me doy cuenta de que no quiere formar parte de esto, que le

asusta tanto la cercanía de los Gaffney como una pesadilla, pero no me detiene

mientras cruzo el vestíbulo para hablar con Shane.

Shane está apretando una copa de cristal con tanta fuerza que parece que esté

decidiendo a quién se la va arrojar. Es más bajo que la mayoría de los soldados que

hay en la fiesta, pero lo compensa con la enjuta y atlética complexión propia de un

luchador: puro músculo y energía contenida.

—Shane —le digo con cautela mientras me acerco mirando a mi alrededor y

bajando la voz—. He sabido lo de Sage.

Hace una mueca.

—¿No sabes que se supone que no debemos decir su nombre? —Hace un gesto

en dirección a su familia señalándolos con la copa con una expresión de repugnancia

Página 69

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!