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La bruja negra

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La gardneriana respira hondo y se vuelve muy despacio hacia la hechicera con

una expresión seria.

—Soy muy consciente de lo mucho que has sufrido, Kam.

La hechicera tuerce el gesto.

—No. No lo sabes.

Las palabras se quedan flotando en el aire durante un largo minuto y las mujeres

se miran.

La gardneriana posa una mano tranquilizadora en el brazo de la hechicera, pero

ella sigue tensa y aprieta las empuñaduras de sus espadas con fuerza, como si se

estuviera preparando para atacar en nombre de las atrocidades por las que tuvo que

pasar. Al poco, la gardneriana deja caer la mano y se vuelve de nuevo hacia la

ventana. Vuelve a sonar un trueno por el oeste.

—Este no es el momento de atacar, Kam —afirma la gardneriana—. La Varita la

ha elegido. Debemos esperar a averiguar por qué, a ver de qué está hecha esta chica.

No pienso ponerle las cosas fáciles mientras esté aquí. Curiosamente, cuento con el

apoyo de su tía.

La hechicera arquea la ceja con curiosidad.

—Vyvian Damon tiene sus propios motivos para presionar a la chica —explica la

gardneriana—. Un conflicto de intereses. Quiere que se comprometa con Lukas Grey.

—La gran promesa de las fuerzas militares. Muy adecuado.

La gardneriana decide ignorar ese comentario.

—Mis asesinas están impacientes —advierte la hechicera con un tono oscuro—.

No puedo prometerte que la chica vaya a estar a salvo si te ven actuar con

complacencia, y menos después de lo que la abuela de esta niña le hizo a nuestro

pueblo, y lo que habría conseguido hacer si aquel ícaro no hubiera acabado con ella.

Y esta joven… —hace un gesto con la barbilla en dirección al carruaje—, si de

verdad es la elegida, la Profecía dice que tendrá más poder del que tenía Carnissa,

quizá llegue a ser incluso la Maga más poderosa que haya existido jamás.

La mujer gardneriana aprieta los labios con fuerza mientras reflexiona y se oye

resonar el ruido del reloj en el silencio.

—Comprendo tu dilema —dice al fin. Se endereza y se separa de la ventana para

mirar a Kam Vin—. Si la Varita Blanca elige abandonar a Elloren Gardner, o si ella

hace ademán de contactar con las amazakaran, las kinh hoang podrán atacar.

Entorna los ojos mirando a la hechicera.

La otra mujer recibe la intensa mirada de la vicerrectora con entereza y sin

parpadear.

—De momento me sirve —contesta haciendo una pausa para darle mayor énfasis

—. Pero ten cuidado. Nuestra paciencia no es eterna.

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